Baltasar Garzón divide las opiniones en España

Baltasar Garzón divide las opiniones en España

Baltasar Garzón divide las opiniones en España

MADRID.– «Ajusticiado» por investigar los crímenes del franquismo o partidario «de métodos totalitarios», las reacciones dividían el viernes a la opinión pública española sobre la condena del juez Baltasar Garzón, reflejo de la polarización que provoca este magistrado en el país.

«Es víctima de una persecución», afirmaban seis de cada diez encuestado por el instituto Metroscopia para el diario El País tras conocerse la sentencia contra el juez, mundialmente conocido por la detención de Augusto Pinochet en 1998 en Londres.

«No voy a hablar de persecución, no me gustan las explicaciones conspirativas, pero lo que sí creo es que se ha dado una confluencia de factores que han formado una tormenta perfecta en contra del juez Garzón», consideraba Gonzalo Martínez-Fresneda, su abogado defensor en la causa del franquismo. Pero no fue esta delicada investigación de una época cuyas heridas siguen abiertas en España la que puso fin a la carrera del juez.

Garzón fue condenado el jueves por el Tribunal Supremo español a 11 años de inhabilitación por vulnerar el derecho a la defensa al haber ordenado escuchas en prisión entre detenidos y sus abogados en un caso de corrupción que implicó a altos cargos del Partido Popular (derecha), que ahora gobierna España.

«Garzón inhabilitado once años por sus métodos totalitarios» titulaba en portada el diario conservador ABC apoyándose en la dura sentencia del Tribunal Supremo, cuyos jueces calificaron los actos del magistrado con «prácticas que en los tiempos actuales solo se encuentran en los regímenes totalitarios».

En el otro extremo, el diario de izquierdas Público clamaba «Vergüenza suprema» considerando que Garzón fue «ajusticiado» por «adoptar decisiones molestas».

«Es un hombre que polariza muchísimo», afirmaba al inicio de este juicio Loretta Napoleoni, periodista de investigación italiana y autora de una reciente biografía del magistrado. Según Martínez-Fresneda, las enemistades contra el juez van más allá de la oposición izquierda-derecha.

«La causa del franquismo ha sido quizás la gota que ha colmado el vaso pero él es una persona que precisamente por su independencia, en muchos casos ha podido molestar a todos los sectores del espectro político, económico y social», consideraba antes de conocerse la sentencia.

La afinidad política del juez con la izquierda lo llevó incluso en 1993-94 a formar parte brevemente del gobierno socialista de Felipe González. Pero eso no le impidió investigar a los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), grupo secreto creado en los años 80 bajo el gobierno socialista para eliminar físicamente a miembros de ETA, la organización armada independentista vasca contra la que también arremetió.

Pero sus investigaciones sobre el terrorismo islamista o el narcotráfico gallego fueron a menudo rechazadas por los tribunales, lo que llevó a sus detractores, algunos en el seno de la judicatura, a calificarlo de «juez estrella».



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