Dice un proverbio anónimo que la violencia es una forma de control que se apodera de la libertad y de la dignidad de quien la padece.
La violencia es un comportamiento deliberado que puede provocar daños a otros. Por medio de ella se busca obtener o imponer algo por la fuerza, se somete al maltrato, presión, sufrimiento y/o manipulación a una persona o grupo, y podría provocar secuelas físicas, psicológicas y morales.
Es importante destacar que la violencia lesiona y daña las relaciones interpersonales y provoca desconfianza, miedo, resentimiento y odio, sentimientos que perjudican no solo a los individuos, también a la sociedad.
Existen diferentes tipos de violencia, aunque vamos a referirnos a la Violencia intrafamiliar, la violencia de género y la sexual, que son las que más lesionan el comportamiento sexual del individuo trayendo disfunciones que empobrecen el desarrollo de su vida integral.
La violencia intrafamiliar o doméstica es el ejercicio de la violencia en el seno de una familia, de un miembro a otro o a otros, por acción u omisión.
Incluye situaciones de acoso, abusos, intimidación, insultos, golpes, irresponsabilidades, autodescargo de obligaciones. Ejemplo cuando un padre abandona a los hijos o desatiende sus necesidades de alimentación, escolaridad o cuidados al enfermarse.
Podemos incluir dentro de la violencia intrafamiliar los demás tipos de violencia, ya que la familia es el seno de formación e información del individuo.
Generalmente los casos de violencia no son denunciados pues los agredidos suelen sentir temor, vergüenza y culpa.