Valle Nuevo, Parque Nacional que suple de agua a vitales ríos

Valle Nuevo, Parque Nacional que suple de agua a vitales ríos

Valle Nuevo, Parque Nacional que suple de agua a vitales ríos

Santo Domingo.-El Parque Nacional Valle Nuevo, cuyo nombre oficial es Juan Bautista Pérez Rancier, es una de las reservas ecológicas y científicas más importantes del país, desde donde se alimentan vitales ríos que garantizan la sostenibilidad agrícola.

En este lugar nacen los ríos Nizao, Blanco, Grande, Las Cuevas y Guayabal, así como cinco grandes cuencas que aportan aguas a los ríos Yuna y Yaque del Sur, que están entre los seis más importantes del país.

Las corrientes de estos acuíferos sirven para irrigar miles de tareas agrícolas de las diferentes regiones productoras de arroz, plátanos, guineos y otros rubros de primer orden en la canasta criolla y para exportación.

Rodeado de un esplendor único, como si se cuidó cada detalle, Valle Nuevo se encuentra en Constanza, La Vega.

De esta riqueza natural depende la operatividad de las presas Valdesia, Jigüey, Aguacate, Hatillo, Río Blanco y Sabana Yegua, responsables de la producción de electricidad y, sobre todo, del acueducto que suministra agua a Santo Domingo y Constanza.

“El agua que estamos consumiendo aquí en Santo Domingo viene del Parque Nacional de Valle Nuevo, es decir, que ese parque es agua en toda su dimensión y produce este preciado líquido para los cuatro puntos cardinales”, valoró el ambientalista Eleuterio Martínez.

Informe de 1993

Pese a su importancia, este regalo de la naturaleza sigue siendo amenazado por las actividades agrícolas y asentamientos de campesinos que durante décadas lo han deforestado.

La antigüedad de la problemática la refleja un informe del 24 de marzo de 1993, elaborado por Martínez, en el que le expone al director general de Foresta de ese entonces, Miguel Francisco Amaro Guzmán, la destrucción de la que era objeto Valle Nuevo.

“Esta reserva científica natural, que cubre una superficie de 409 kilómetros cuadrados (630,310 tareas), la están destruyendo varios empresarios, quienes (junto a los incendios forestales) han afectado más de 200 mil tareas, una tercera parte de la reserva, y uno solo de ellos ha removido la cobertura vegetal de 20 mil tareas en la misma cabecera del río Nizao para sembrar manzanas, melocotones, hortalizas y gramíneas exóticas (pasto colombiano) para criar conejos silvestres y utilizarlos para la práctica de la cacería deportiva”, describe el referido informe de ese año.

De acuerdo a Martínez, a 23 años esa realidad se ha empeorado con asentamientos y con la siembra de repollo.
“Valle Nuevo no es para la agricultura, es para producir agua, y precisamente el agua que utiliza la agricultura en la parte baja”, especificó.

Tediosa reforestación

La particularidad del terreno donde se encuentra Valle Nuevo y las temperaturas súper frías que se registran en este lugar hacen prácticamente imposible la reforestación cada vez que se le elimina parte de su capa vegetal.

“Valle Nuevo no puede ser reforestado por medios artificiales, aún cuando se utilice la más moderna tecnología, porque todas las plántulas producidas en viveros, aunque sean las mismas que ahí existen, mueren al ser plantadas y en el mejor de los casos sobreviven raquíticas y enfermas de siete a cinco años”, indica el informe que fue elaborado en 1993.

De acuerdo al documento preparado por Martínez la reforestación en esta zona solo es posible de la siguiente manera:

“Solamente las plantitas que germinan naturalmente, después de que la semilla cae del árbol madre, pueden sobrevivir en el suelo extremadamente pobre, soportar temperaturas bajo 0 grados centígrados sin quemarse y resistir cualquier ataque de plagas o enfermedades”.

Otras riquezas

Según los estudios realizados, en Valle Nuevo se encuentran más de 250 especies de plantas, “97 de las cuales no existen en ninguna otra parte del mundo”.

Además, según geólogos, allí están las muestras más evidentes de la mayor actividad volcánica de la Hispaniola.

“Todos los esfuerzos que se hagan para cuidar esta área protegida es para ayudar al país. Realmente esta es un área que merece todos los esfuerzos del mundo para preservarla y mantenerla como patrimonio”, consideró Martínez al conversar vía telefónica con EL DÍA.

A parte de su importancia acuífera y para la flora y la fauna, Valle Nuevo es un excelente destino para el ecoturismo.
Su belleza y esplendor, unido a las temperaturas que allí se registran, lo convierten en un lugar paradisiaco para disfrute de áreas para acampar, caminar o simplemente meditar bañado de la naturaleza.

Cada año cientos de turistas desisten del sol y las playas para pasarse unos días en las alturas de la cordillera Central parte de la cual está ocupada por Valle Nuevo.

Con el paso de los años los microclimas que se registran en esta área han cambiado, debido a la deforestación provocada por los asentamientos agrícolas y los incendios forestales que se han registrado por diversas causas.



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