Una JCE sin visión y sin misión

Una JCE sin visión y sin misión

Una JCE sin visión y sin misión

Glenis E. Féliz

Según un reciente documento elaborado por la Cámara de Cuentas y remitido al presidente de la Junta Central Electoral, los honorables miembros del Pleno de la JCE hoy actúan como “juez y parte”, y esa definición oficial ha sorprendido a una gran parte del liderazgo político y a toda la prensa nacional, porque todo el país esperaba que los honorables miembros del Pleno de la JCE hicieran sus mejores esfuerzos para ayudar a recuperar la credibilidad parcialmente perdida en una institución de administración electoral.

A todos quienes conocemos los detalles de la organización pre electoral, y que por experiencias en largas y agotadoras jornadas pre electorales sabemos del duro, y muy serio, trabajo que realiza el equipo de apoyo al proceso electoral, nos apena que los honorables ya estén dando pasos en falso, poco estratégicos, y altamente ruidosos,que afectan la imagen de la JCE.

Está claro que los honorables al manejar, frente a la Cámara de Cuentas, el espinoso tema de los escáneres,han respondido como novatos y por tal razón han recibido una dura repuesta que los evidencia como novatos, porque alintentar poner en cuestionamiento a la anterior gestión de la JCE, por su falta de conocimiento de lo que implica la necesaria credibilidad de la JCE,lo único que han logrado es evidenciar que en realidad manejan una barca sin timón que se mueve a la deriva empujada por vientos de tormentas, y al intentar erróneamente desacreditar a la gestión anterior se auto desacreditan, porque todo chisme afecta la imagen de los que allí estaban y a todos los que hoy están.

Hemos escrito en otros artículos que los honorables miembros del Pleno de la JCE, tienen necesariamente que sentarse a leer, releer y analizar la misión, visión y objetivos de la JCE, así como la Ley 275-97 que les faculta para establecer los mecanismos de accionar en función reglamentaria, pero, el país no observa tales acciones y en privado muchos líderes políticos opinan que se comportan como un grupo de personas que no saben qué hacer en los puestos que les han asignado los honorables senadores de República.

Los honorables miembros del Pleno de JCE debían saber que su objetivo principal tiene que ir orientado a recuperar la credibilidad institucional, y que su inteligencia debe sumarse al conocimiento que de los temas electorales poseen los pocos expertos que aún quedan dentro de la institución, porque ellos, por arrogancia y retaliación malsana, se han encargado de sacar a todo el que sabía cómo organizar procesos electorales para nombrar a familiares, amigos e hijos de sus empleados domésticos, todos sin experiencia electoral, sin darse cuenta que el compromiso de todos ellos es con todos los ciudadanos dominicanos que esperan un proceso electoral bien organizado, bien montado, bien transparente y bien completado.

En la JCE, en los círculos políticos y en la prensa, hoy se habla de que la arrogancia de algunos miembros del Pleno de la JCE, no de todos, los ha llevado a cometer errores imperdonables desde el punto de vista de la comunicación y administración, sumergiendo a la institución en un mar de dudas que afecta a la credibilidad institucional y a la imagen personal de los honorables, lo cual es muy lamentable, y eso ha quedado evidenciado tristemente en la dura respuesta que les acaba de dar la Cámara de Cuentas al responderles por escrito que los miembros del Pleno de la JCE actúan como “juez y parte”, y esa sola expresión le hace un daño terrible a la credibilidad social y política de esa institución, evidenciando que allí no hay visión ni misión, pero sí hay mucha inexperiencia en lo referente al manejo de esa institución.

 



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