Un vecino irresponsable

Un vecino irresponsable

Un vecino irresponsable

El Gobierno de Haití ha sido mucho más que negligente en el cumplimiento de sus responsabilidades frente a sus ciudadanos, a los que República Dominicana les ha abierto un generoso plan para que regularicen su estatus migratorio.

Han llovido las excusas, o los silencios, para no dotar a sus ciudadanos de la documentación elemental requerida. Las autoridades haitianas intentaron culpar al Gobierno dominicano del retraso, pero al quedar evidenciado que la razón por la que decenas de miles de haitianos no han completado el proceso es por la falta de documentos que debe expedir Haití, entonces intentaron culpar a los empresarios.

La Confederación Patronal respondió revelando que hasta han ofrecido pagar lo que cobra el gobierno haitiano para darles documentos a sus ciudadanos, pero ni así Haití ha cumplido con su deber.

Una de las más recientes excusas es que la expedición de la cédula haitiana a los que residen aquí fue suspendida por dos meses debido a que “se dañó” la máquina para imprimir el plástico. Las más modernas de esas máquinas cuestan menos de dos mil dólares, una migaja para cualquier Estado e incluso para las muchas ONG que se han dedicado a desacreditar, sin razón, a la República Dominicana.

El Gobierno haitiano no actúa con transparencia ni prudencia, ni honorabilidad en sus relaciones con el Gobierno dominicano, que dicho sea de paso más que prudente se muestra irresponsable.

Las autoridades de ese país no desperdician oportunidad para desacreditar a la República Dominicana, aún recurriendo a mentiras descaradas (como el invento de que aquí había gripe aviar para justificar trabas a los productos avícolas dominicanos, lo que también puso en riesgo nuestro turismo). La simple buena voluntad parece provenir de un solo lado.

Haití y los haitianos son responsabilidad del Gobierno haitiano y, a lo sumo, de una comunidad internacional que hasta lo tiene intervenido.



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