Por Puerto Rico

Por Puerto Rico

Por Puerto Rico

Rafael Chaljub Mejìa

Puerto Rico fue devastado por el huracán María, y todavía hay gente sin agua ni luz eléctrica, padeciendo hambre y sed y lo peor, sufriendo el ultraje del gobierno norteamericano.

Parecería que esa bellísima isla y su gente noble han existido para ser tierra y pueblo de infortunio.

Su padecer ha sido tan constante que jamás han podido disfrutar del merecido derecho a ser libres y soberanos.

Colonia de España desde el descubrimiento. Allí perduró la esclavitud muchos años después de que aquí fuera abolida en 1822.

España convirtió ese territorio en una base desde la cual sus tropas salían a cometer agresiones contra pueblos hermanos, como el nuestro.

En tiempos de la guerra de Restauración, la isla de Vieques fue convertida en campo de concentración al que fueron enviados encadenados, a mal pasar y a morir centenares de patriotas dominicanos.

A Puerto Rico se le impuso un nuevo amo cuando el dominio yanki suplantó al de España. Más de ciento diez años después sigue siendo colonia de una potencia que le maltrata el idioma, le explota su fuerza de trabajo y cuando en la Segunda Guerra Mundial decidió enviar tropas a pelear y a morir a lejanos campos de batalla, la valerosa juventud boricua fue usada como carne de cañón.

Fue a esos jóvenes a los que con dolor Daniel Santos les cantó el “Adiós, muchachos”. Los yankis convirtieron el trece por ciento del territorio boricua en base militar yanki y para que Vieques dejara de serlo fue necesaria una batalla que trascendió al campo internacional.

Ahora, en medio del fango y de las ruinas, Donald Trump fue a tratar de humillar a los boricuas, a decirles que si creen ser ciudadanos norteamericanos, para él no son más que ciudadanos de segunda, habitantes de un patio trasero abandonado y descuidado.

A Puerto Rico le espera una lucha larga por su reconstrucción, pero sabrá salir airoso. Ese pueblo, a pesar de todo, ha defendido su identidad con inclaudicable gallardía, ama su tierra, su cultura, su lengua, su folclor, ha producido hombres y mujeres del combate como el apóstol don Pedro Albizu Campos y del arte y el canto como Julia de Burgos y Rafael Hernández.

Revisemos la historia. Mucho le debemos nosotros a Puerto Rico, y en nombre de la gratitud miro hacia el este y pongo mi corazón en estas líneas.



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