Por la educación

Por la educación

Por la educación

Una actitud y una voluntad de diálogo caracterizan los primeros pasos de la actual administración del Ministerio de Educación. Así es desde el primer día; y esa actitud y voluntad se mantienen.

El ministro de Educación distribuye su agenda de trabajo en asuntos internos y tareas externas. Eso se traduce en muchas horas de trabajo viajando al interior de país en responsabilidades y labores que no delega sin antes conocer, de manera personal, el más mínimo detalle.

Las reuniones con la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) estuvieron y están siempre como punto de alta prioridad en su agenda de Estado.

La escuela no se concibe sin maestros, pero tampoco sin el compromiso que tiene el Estado de educar a los hijos de esta patria. De eso también están conscientes tanto el ministro como la ADP.

Estamos transitando el primer año escolar del ministro de Educación. Tanto la cartera como su titular necesitan tiempo. Tiempo para tomar decisiones en ese sector, vital para la sociedad dominicana. Indudablemente que el diálogo y el trabajo en las aulas son compatibles.

Mientras se trabaja en la mesa del diálogo no hay razón para interrumpir la docencia y atentar contra la esperanza de una sociedad que confía en la escuela como la principal fragua para el progreso.

Esperemos que no haya, innecesariamente, un conflicto de prioridades entre el Ministerio y los maestros. La educación siempre hay que colocarla por encima de otros intereses particulares.



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