Los conflictos entre condomines

Los conflictos entre condomines

Los conflictos entre condomines

Alexis Rafael Peña.

MIAMI, Florida.-Llama la atención que personas muy cercanas en un espacio físico limitado no interactúen con la debida cordialidad y respecto. Realmente no comprendo en el fondo de mi conciencia que una persona que es maravillosa no se abra al otro para resolver alguna disputa si es que realmente existe.

Es de muy mal gusto que vecinos en un mismo edificio, ya sea encima, al lado o al frente se encuentre frente a frente o se crucen entre lados y exista una comunicación, mirada o gesto de agrado o quizás de alegría de verse.

Una persona debería hacerse la pregunta porque puede un mal entendido distanciar a un ser humano de otro. Conozco de personas que dicen llamarse creyentes, empleados de empresas de renombre tanto pública como privada. Me pregunto, como una persona puede ser alegre, cortés y afable en su oficina y en su casa (condominio) es otra.

Esto debería ser un punto de estudio de trabajadores sociales, sociólogos, psicólogos u otros estudiosos del comportamiento humano. No es posible que un ser tan perfecto como la persona no se dé por enterado del daño que el mismo se está provocando y a los suyos (hijos, nietos, compadres, pareja, hermanos).

Creo en las disculpas profundamente, ellas nos permiten ser grandes, sonrojarnos y sentirnos contentos, porque hemos dado el paso hacia la paz y la concordia. Las disculpas nos permiten estrechar lazos y reconocernos que los conflictos son normales y como tales deben ser abordados por un especialista en resolución de conflictos: mediador, conciliador, arbitraje, componedor, negociador u otros.

Esos mecanismos nos permiten acercarnos al otro si es que no deseamos hacerlo por nuestra propia cuenta. Por lo que general se valora como trascendental que sea la misma persona que aborde al otro y les haga llegar sus inquietudes en torno al mal entendido si es que lo hubo.

Desde ahora hágase el chivo y toque el timbre o la puerta de la persona que cree que usted le ofendió, dele un abrazo y si aun así no lo entiende, explíquele a que ha ido a  su apartamento. Ya usted rompió el paradigma, es una persona y su vecino o vecina también.



Alexis Rafael Peña Céspedes

Periodista, abogado y mediador certificado.

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