Santo Domingo.-La ciudad ha cambiado en términos estructurales. Ahora crece hacia arriba. Lo horizontal ha sido desplazado para ganar espacio y sumar belleza.

En los últimos años ha sido notable el contraste entre las edificaciones comerciales y las residenciales.

Las fachadas de las edificaciones, específicamente la de los establecimientos comerciales, están aportando para cambiar la cara a la ciudad.

A su favor Santo Domingo tiene una riqueza arquitectónica que le permite lograr que su estética vaya acorde con los tiempos sin necesidad de trastornar inclusive, la historia que pesa sobre algunas de sus edificaciones.

Así lo explicó el empresario de la construcción Pedro Peña Polo, quien señaló: “Estamos en un momento de transformación visual.

Las fachadas han venido a contribuir a que la ciudad luzca más fresca, pues son una especie de envolvente de la edificación”.

Según su belleza, novedad y seguridad, son capaces de transformar en una gran obra la más simple de las estructuras, dijo el profesional.

Destacó que las fachadas inciden de manera notoria en la percepción de los ciudadanos y visitantes respecto a una obra.

Lo que impera

Al hablar sobre la tendencia en Santo Domingo en lo que a construcciones se refiere, el experto explicó que a simple vista todo apunta a la verticalidad, especialmente bloques aglomerantes que ganen espacio hacia los lados y crezcan hacia arriba. “Aún así es posible que se mantenga la preferencia por las construcciones horizontales”, dijo.

Explicó que a través de una fachada limpia y atractiva se transmite orden, calidez y progreso, y que toda ciudad que vaya tras el desarrollo debe apostar a este perfil para estar en consonancia con lo moderno.

Retos

De acuerdo con Peña Polo, presidente de la compañía Nemco, la eficiencia de la administración urbana, sus procesos de verticalidad y reordenamiento de nuestro polígono en Santo Domingo y otras ciudades que crecen a la par son los principales retos que plantea a los arquitectos y constructores un mundo cada vez más urbano.

“Una traba constante en cualquier nación es que muchas veces esa tarea se ve asumida por los gobiernos, que deben acomodar grandes migraciones en pequeños espacios, y se ve desplazada la matriz y el orden de un plan urbano”.