Horror

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Horror

Ocurrió en Francia. Pudo haber sucedido en Oceanía, en Africa, en Sudamérica o en cualquier isla del océano Pacífico. En todo caso, el abominable crimen de la intolerancia rampante contra el más sublime de los derechos humanos como lo es la libertad de expresión, solo merece el repudio sin límites de la conciencia universal.

El mundo entero llora con rabia el vil atentado perpetrado contra la revista satírica “Charlie Hebdo” que arrojó un balance de doce personas muertas y trabaja unido en un esforzado afán por aclarar las cosas y prevenir otras posibles agresiones.

El duelo general ha movilizado a la mayoría de los gobiernos del planeta, que se manifiestan adoloridos por la acción terrorista mediante mensajes y manifestaciones de solidaridad.

El presidente dominicano Danilo Medina ha sido uno de los primeros en sumarse a las expresiones de pesar que enrarecen hoy el ambiente en todas las latitudes.

Para la libertad de expresión éste ha sido uno de los más duros golpes recibidos en los últimos años. Pero ello, en vez de amilanar a los amantes de los derechos humanos, se traduce necesariamente en acicate para luchar con más fuerza cada día por el fortalecimiento, a nivel mundial, del sagrado derecho de expresarnos con libertad y con respeto de la opinión ajena, como norma suprema de la convivencia.



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