Ganas de llorar

Ganas de llorar

Ganas de llorar

Dan ganas de llorar las cosas que se ven en nuestro querido país.

Por ejemplo, ahora está de moda hablar de ética, de austeridad y de buen manejo de la cosa pública. Si las palabras vinieran acompañadas por los hechos, sería magnífico. Lo malo es que todo se reduce a bla bla bla, y de ahí no pasa.

Sólo voy a citar algunos casos para dar más fuerza a lo dicho más arriba.

Ahí tenemos el interesante trabajo de Tania Hidalgo publicado ayer en el periódico “Hoy”, que revela cómo la Cámara de Diputados ha gastado en lo que va del año más de 20 millones de pesos en innecesarios viajes de índole particular de sus miembros. Eso da ganas de llorar.

Por otro lado, mientras el flamante presidente Medina predica la austeridad en las dependencias del Poder Ejecutivo, los miembros de otros poderes del Estado siguen gastando el dinero público como si fuera una fiesta.

Tal es el caso del Tribunal Constitucional, que compra 13 yipetas de superlujo y súper caras  para sus trece jueces, a precios millonarios. Eso da ganas de llorar.

Y una vez más tengo que mencionar el irritante “barrilito” de los senadores, que consume millones de pesos mensualmente dizque para los senadores hacer favores especiales en sus respectivas jurisdicciones. Eso también da ganas de llorar.

Los que deben trazar la pauta y con su ejemplo motivar a la sociedad para llevar una vida ética y justa, son los primeros en servirse con la cuchara grande. ¡Ganas de llorar, otra vez!



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