Santo Domingo.-Los niños y adolescentes que quedaron desamparados tras el asesinato de sus madres a manos de sus parejas o exparejas no son las únicas víctimas del feminicidio, también lo son esas abuelas o personas particulares que tienen que hacerse cargo de ellos con poca o ninguna ayuda económica del gobierno.

El drama que viven esas abuelas y otros parientes fue revivido ayer durante el reparto de juguetes por parte de la ministra de la Mujer, Janet Camilo, a niños huérfanos por esa causa.

“Desde el día 10 de enero de 2016, cuando ocurrió la desgracia, mi esposo y yo nos hicimos cargo de nuestros nietos de 14, 10 y tres años.

Los niños se ponen agresivos algunas veces porque ella era su mamá, su papá y su todo. Dependemos de Dios y de lo que mi esposo puede recibir en su trabajo, pero tratamos de sobrellevarlo”, dice Eusebia de Gracía, quien asegura que cada mes lleva a sus nietos a recibir ayuda psicológica a Higüey, donde viven.

La mayoría de las entrevistadas abogan porque el gobierno les conceda la tarjeta Progresando con Solidaridad, que incluye Comer es Primero, Incentivo a la Asistencia Escolar y el Bono Estudiantil Estudiando Progreso.