Los representantes de fabricantes de automóviles se quejan de que la importación de vehículos usados perjudica a la economía. Estoy de acuerdo.

Cada vez que el país importa un carro viejo o usado, está ayudando a un comprador de otro país a comprar uno nuevo.

Esa ayuda al comprador extranjero perjudica a los propietarios de vehículos adquiridos nuevos aquí, quienes al tratar de venderlos enfrentan una competencia desleal y privilegiada.

No es cierto que la importación de carros usados ayude a los compradores de clase media hacia abajo, puesto que su propia adquisición pierde más valor puesto que los importadores de autos usados nunca cesan de traer más carros.

Desde todo punto de vista, excepto el interés de los importadores de carros viejos, perjudica al fisco, a los compradores y a la economía en general que prefiramos lo usado de fuera a lo nuevo. Si seguimos así, ¿dónde iremos a parar?