A partir de actos como el acribillamiento de John Percival, luego del atraco a mano armada a una entidad bancaria en Santo Domingo, al igual que ha pasado con otros muchos casos violentos, la gente entra a los ciberportales de esos personajes y empiezan los análisis de los contenidos que dichas personas compartían en las redes sociales.

Mientras no ocurre lo peor, ningún familiar o amigo se dio por enterado de que esas personas clamaban por algún tipo de ayuda.

Son muchos los casos de personas de todas las edades que dejan ver a través de las redes sociales que tienen sus cerebros enredados con conflictos de todo tipo. Cuando aun son adolescentes y todavía viven bajo el techo de los padres, son ellos los primeros responsables de darles ayuda y soporte para lograr mantener su sanidad emocional y mental.

Cuando las sociedades viven situaciones tan explosivas, como padres debemos volver a plantearnos el compromiso de seguimiento a nuestros bien amados hijos. Amigo lector, hoy quiero invitarle a hacer un repaso por las páginas web de sus hijos y hablar con amistades y conocidos y dejarles saber que usted está abierto, si realmente lo está, a recibir informaciones que le puedan ayudar a encaminar sus hijos.

Es frecuente que otros sepan más sobre nuestros hijos que nosotros mismos. Es probable que tengamos delincuentes, drogadictos o terroristas en nuestros hogares y nuestro amor de padres nos impida identificarlos.

Es preferible ir al siquiatra, sicólogo o cualquier lugar de recuperación con nuestros hijos que enterrarlos. Quizás estemos a tiempo, si empezamos hoy.