Disfagia: ¿Por qué me cuesta tragar?

Disfagia: ¿Por qué me cuesta tragar?

Disfagia: ¿Por qué me cuesta tragar?

Atragantarse en alguna ocasión o tragar con dificultad puede ser normal si hemos ingerido comida muy deprisa o sin haber masticado bien, pero hay personas que padecen disfagia a quienes les pasa continuamente y necesitan hacer un esfuerzo extra para llevar la comida o bebida desde su boca hasta su estómago.

Este problema consiste en una serie de alteraciones en el tránsito del bolo alimenticio desde que entra en la boca hasta que pasa al esófago, a través del esfínter esofágico superior.

Si afecta solo a esta zona, hablamos de disfagia esofágica, que es tratada por un médico del aparato digestivo; si el desorden afecta la boca y faringe, se denomina disfagia orofaríngea, cuyo tratamiento entra en el campo de los otorrinolaringólogos.

Un problema con múltiples causas

La doctora Magdalena Pérez Ortín, especialista en Otorrinolaringología, indica que la disfagia puede producirse como consecuencia de numerosas enfermedades y factores, como una infección en las vías respiratorias; una dolencia neurológica; una cirugía complicada; un tumor; un ictus; diferentes tipos de esclerosis o un accidente, entre otras causas.

Por su parte el también otorrino Pedro Cabrera agrega a este listado la dolencia del reflujo faringo-laríngeo, ya que el paso por la laringe del ácido procedente del estómago puede inflamar esa área del cuerpo y hacer que surjan problemas para tragar.

Desde la plataforma especializada TopDoctors indican que “la disfagia orofaríngea puede afectar a pacientes de todas las edades, desde niños recién nacidos hasta ancianos”.

La joven ‘tiktoker’ española Núria Jordà describe su experiencia de superación personal de “convertir la debilidad en fortaleza” como paciente de disfagia orofaríngea, en su libro “Al final, lo único que pasa es que todo pasa”.

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Portada de “Al final, lo único que pasa es que todo pasa”. Foto: Penguin Random House.

Además, según la Organización Mundial de Gastroenterología, una de cada 17 personas en el transcurso de su vida presenta alguna forma de disfagia.

Desde “topdoctors.es” indican que se calcula que un 70-90 % de los ancianos, incluso sin enfermedad neurológica, poseen algún grado de disfunción en la deglución.

Existen también evidencias, según estos especialistas, que indican que los trastornos de la deglución y de los reflejos de protección de las vías respiratorias pueden llegar a provocar neumonías, sobre todo en las personas mayores de 75 años y más aún si están hospitalizadas.

Consultar al médico

La prevalencia de disfagia orofaríngea en pacientes con accidentes cerebrovasculares, indican estos expertos, está en torno al 50 %; en la esclerosis múltiple es del 44%; en la esclerosis lateral amiotrófica es del 60 %; y en la enfermedad de Parkinson llega hasta el 84 %.

También suele haber una gran prevalencia de disfagia en pacientes con tumores malignos de las vías aéreo-digestivas superiores, ya que los tumores localizados en cavidad bucal, faringe o laringe pueden producir dolor o dificultad para tragar, según TopDoctors.

Los especialistas señalan que es conveniente acudir al médico cuando se presentan de manera continua una serie de síntomas, como los siguientes:

  • Tragar con cierta dificultad.
  • Dolor al deglutir.
  • Arcadas o tos frecuente al intentar tragar.
  • Molestias en el pecho después de la deglución.
  • Sensación de que la comida se ha quedado “pegada” a la garganta.
  • Atascamiento de líquidos o sólidos que parecen producirse en la zona posterior del esternón.
  • Bloqueo en el esófago.
  • Ronquera.
  • Fiebre por las tardes.
  • Cambios en la voz al comer.
  • Regurgitación habitual.
  • Salida por la nariz de lo que se ha ingerido por la boca.
  • Ruidos y borboteos en la garganta durante y tras las comidas.
  • Acidez de estómago frecuente.
  • Lentitud extrema en las comidas.
  • Pérdida de peso sin una explicación coherente.
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La disfagia puede producir molestias al beber o tragar. Foto: TK Home Solutions.

Los tratamientos

Para el doctor José Javier Benito González, un buen tratamiento de la disfagia debe conseguir una alimentación eficaz en términos nutritivos, además de segura desde el punto de vista de protección de la vía aérea o parte superior del aparato respiratorio.

Según este otorrino se debe modificar la dieta para adaptar la textura y el volumen de los alimentos y bebidas, para permitir una nutrición eficiente sin riesgos respiratorios, para lo cual el médico debe colaborar estrechamente con los nutricionistas para ajustar la dieta a los requerimientos específicos de cada paciente.

También se debe realizar una rehabilitación logopédica con ejercicios para mejorar la tonicidad y fuerza de la musculatura orofacial y, en ciertos casos, puede ser necesario recurrir a la cirugía, dirigida a situaciones concretas.

Por su parte el también otorrino Raimundo Gutiérrez Fonseca añade que en algunas ocasiones se pueden realizar “procedimientos más invasivos que buscan mejorar la eficiencia de la deglución, como puede ser el tratamiento de ciertos esfínteres o el mejoramiento del cierre de la glotis”.

Señala que en ciertos casos se puede realizar una tiroplastia, consistente en colocar una pequeña prótesis que vuelve a poner las cuerdas vocales en su lugar, en el caso de parálisis laríngea.

También indica que algunos procedimientos de cirugía abierta han sido sustituidos últimamente por técnicas endoscópicas con láser o con instrumental mecánico.

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La dificultad para deglutir suele aumentar con la edad. Foto: TK Home Solutions.

Deglución y envejecimiento

Aunque “tener disfagia no es un síntoma normal del envejecimiento”, según explica Leandro Palomo, responsable de Salud y Seguridad de TK Home Solutions, la dificultad para tragar alimentos, bebidas o medicamentos, puede coincidir en el tiempo o estar asociada a diversos desórdenes y patologías que van en aumento con el pasos de los años, a medida que se profundiza el declive orgánico.

Por ejemplo, la disfagia puede afectar a personas con la movilidad reducida, que en muchos casos tienen una edad avanzada, son pacientes geriátricos alojados en residencias o sufren trastornos neurológicos, según los expertos de esta firma.

Por eso es “importante acudir al médico ante los síntomas de disfagia, porque puede haber una causa importante detrás, y porque es posible solucionar el problema, siguiendo una alimentación correcta, disfrutando de la comida y teniendo una vida saludable”, recalca Palomo.



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