Como a Irene Sáez, a Margarita Cedeño le falta Naiboa

Como a Irene Sáez, a Margarita Cedeño le falta Naiboa

Como a Irene Sáez, a Margarita Cedeño le falta Naiboa

Cuando mi madre, la mujer que hacía la mejor avena del mundo, quería decir que algo tenía mucha sustancia, que era muy alimenticio, decía “eso tiene naiboa”. Mi mamá era analfabeta, no sabía nada de etimología, ni de lingüística, ni de lexicología taína, pero sabía mejor que nadie a qué se refería cuando hablaba de naiboa, sobre todo si  de sopa boba o avena se trataba.

Por ella sé que si a algo le falta naiboa no alimenta. La naiboa es sustancia; y no cualquier sustancia, es la parte más importante de algo.

Y no sé por qué en estos días he pensado mucho en la naiboa que mamá tanto mencionaba, y me refiero a la candidatura de la primera dama de la República: Margarita Cedeño de Fernández.

Sin dudas, Margarita es una mujer hermosa, hábil, inteligente, de fuerte carácter y buen hablar, que desde el Despacho de la Primera Dama ha logrado moldear una imagen positiva muy bien valorada por la población, sobre todo por el segmento más bajo cuya miseria no le permite distinguir entre bondad y clientelismo, aquellos que creen que las dádivas y ayudas que ella hace desde el Estado lo hace con dinero propio y no con recursos de todos, incluidos los pobres.

Pero a Margarita le falta “un no sé qué” o “un qué sé yo” que a mi juicio quedará en evidencia en la medida que la campaña vaya subiendo de temperatura. En eso no se parece al esposo.

Y –me perdonan uds. el atrevimiento- así como mi mamá sabía de lejos cuando una avena iba a quedar buena o no, creo que el esposo de Margot está consciente de que a su mujer le falta naiboa, políticamente hablando, por supuesto.

Imagino que después de mucho pique le dijo: “Margarita deja eso, que tú no vas para ningún lado, yo tampoco quiero a Danilo, pero tú no ves que él te va a arrollar”… y la obligó a deponer –por el momento- sus aspiraciones a la candidatura presidencial del PLD.

Después todos hemos sido testigos, no solo de la bembita que puso la prime, sino de la cuerda, de la rabia contenida y mal disimulada que se veía en su discurso y en su rostro el día que con la ayuda de un telepronter anunció al país su declinación.

Pero la mujer es tenaz, hay que reconocerlo, y ya que no pudo imponerse como candidata a la Presidencia, se le salió de abajo al marido y se le impuso al sanjuanero como compañera de asiento en ese incómodo y largo viaje que es la campaña electoral en República Dominicana.

Hasta aquí todo está bien. El asunto está en cómo logrará contener su temperamento a la hora en que  Hipólito salga con una de las suyas, como cuando le dijo a Leonel que lo tenía agarrado por el pichirrí. Usted se imagina, amigo lector, cuál sería la reacción de Margot ante semejante ocurrencia?

O bien cuando tenga que responder a preguntas necias de los periodistas, cuando tenga que salirse del libreto y demostrar de qué material está hecha ¿?

Pienso que a Margarita le pasará lo mismo que a la hermosísima reina de belleza venezolana Irene Sáez, la Miss Universo (1981) ex alcaldesa de un pequeño municipio, con estudios en Ciencias Políticas. Una mujer impresionante, en quien una parte de la derecha venezolana vio en su momento como la última esperanza para derrotar a Hugo Chávez en las elecciones de 1998.

Al final, con todo y su belleza, Irene Sáez sólo sacó el 3% de los votos. Chávez arrasó.

 La razón fundamental: le faltaba naiboa.

…A Margarita también.



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