Tras la conquista de su quinto título mundial, derrotando a Serbia por 37 puntos (129-92), la selección Estados Unidos, formada por jugadores de la NBA, volvió a demostrar que, en básquet, es un planeta diferente al resto del mundo.
Desde que perdió la semifinal del Mundial de Japón-2006 contra Grecia, Estados Unidos no ha vuelto a perder un partido, encadenando dos oros olímpicos (Pekín-2008 y Londres-2012) y dos títulos mundiales (Turquía-2010 y España-2014), mostrando una superioridad sobre el resto abismal.