Los escándalos oficiales son como las carreras que hace el equipo contrario por error de tu siorestop que tiró malo a primera, por ejemplo. Peor aún, si esa carrera que entra por error te hace perder el juego.

Y no es cuestión de pelota el asunto de las pensiones, pero te puede hacer perder un juego. Entre otras cosas, el carácter autogestionario de ese reconocimiento irrita. Por más sofisticadas que fueren las tareas que desempeñara quien se premia con tanto ahínco a sí mismo, más parece que busca el título de Padre de la Patria Nueva.

El caso más reciente de escándalo oficial lo puso Haivanjoe NG Cortiñas, ex superintendente de bancos y actual contralor, quien por su ‘tiro de 600 mil y pico”, le han hecho una carrera al gobierno, casi en el primer inning.

Pero como ‘todo mal tiene su fortuna’, lo importante del ‘Escándalo NG’ es que ahora el gobierno pudiera revisar y cerrar los sistemas de pensiones privilegiadas que rigen en las entidades llamadas autónomas, de lo contrario quedará en evidencia la flojera en el campo ético de la cosa oficial.

Si el actual contralor renunció a su escandalosa pensión, ¿es el momento para que otros lo hagan? La oferta es que si todos los agraciados con tan sublimes premios de por vida lo abandonaran yo les entregaré un gran pergamino dorado declarándoles servidores ultra-especiales a la Patria, una especie de Casandra para servidores públicos y de fondo estaría sonando el rico son “suelta la muleta y bastón y ven a bailar el son…”

Por supuesto que el gobierno, además, les dotaría de una razonable pensión, acorde con la naturaleza de país pobre y ‘desguañangado’. Eso sí, sería una pensión medida por la misma vara con que medimos a todos los funcionarios y empleados del sistema oficial.