Recibí un correo electrónico ayer por parte del santiagués Ezequiel Sosa,que imagino lo envió a todos los cronistas, narradores y comentaristas deportivos diseminados por todo el país.

En el mismo expone los graves inconvenientes por el que pasa esa “clase” , debido a los efectos que ha generado el coronavirus.

En su misiva lamenta que la mayoría está pasando las de Caín, que dependen de la realización de programas de radio y televisión y que en estos momentos están huérfanos de respaldo publicitario, tanto del sector privado como del gubernamental.
Sosa afirma que debido a que esos espacios tienen, en muchos casos, un alto costo que se originan por el pago a los medios por los que se transmiten, a casi todos, “se los está llevando quien los trajo”, pasando hambre y penurias en lo económico.

Su solicitud radica en la creencia de que se hace necesario la ayuda del Gobierno para los cronistas más necesitados, que son centenares, ya que se han reproducido como la espuma, a tal punto que un viejo roble de la comunicación, un maestro de maestros, decía sarcásticamente décadas atrás, “el que no da para policía se engancha a periodista”.

Cierta o no esa afirmación, comentaristas, narradores y periodistas deportivos laboran 24 horas al día, los 30 del mes y los 365 del año, para informar a los aficionados sobre lo que ocurre aquí y el resto del mundo. Así las cosas, merecen ellos o no, la ayuda por la que está abogando Ezequiel Sosa? ! Sea usted el jurado!