El proyecto de Ley Integral sobre Trata, Explotación y Tráfico Ilícito de Migrantes será retirado del Congreso Nacional, al que fue introducido por el Poder Ejecutivo vía el Senado de la República.

Lo poco de su contenido que había sido conocido dejó detrás una semana áspera en términos de opinión.

Desde el Poder Ejecutivo han sido anunciadas jornadas de consenso para conciliar los puntos de vista predominantes, en por lo menos una parte de la opinión pública, con los compromisos del Estado con organismos internacionales a los que se les atribuye el impulso de esta iniciativa.

Si lo ocurrido permite ver en alguna medida el futuro inmediato de la vapuleada iniciativa, el retiro anunciado ayer desde el Poder Ejecutivo es el anuncio de que será enterrada por lo menos en lo que le resta del período de la actual administración gubernamental.

Una medida de lo difícil que puede llegar a ser el destino de este proyecto en las instancias de discusión con las que cuenta la sociedad dominicana hoy día, lo puede dar el interés del presidente Luis Abinader en la promoción de una reforma de la Constitución para la recomposición del Consejo Nacional de la Magistratura, el funcionamiento de las denominadas Altas Cortes, garantizar la independencia del Ministerio Público y fortalecer los órganos de control interno y externo.

Cuando el presidente hacía el anuncio de sus intenciones, acababa de cumplir un año al frente del Gobierno.
Ahora que anuncia el retiro de un proyecto del que se dice que fue introducido al Congreso Nacional en diciembre pasado, su gobierno y su partido se encuentran de lleno en un año preelectoral tan activo y sediento de temas complicados como si faltaran días para las elecciones presidenciales.

Al proyecto de Ley Integral sobre Trata, Explotación y Tráfico Ilícito de Migrantes sólo le falta llegar a los gabinetes de diálogo nacional, como ocurrió con el proyecto de reforma de la Constitución.