María José abrió la puerta del despacho con mucha determinación, camino a su escritorio, como si fuera a una pasarela de moda, saludó y se acomodó en su escritorio. No recuerda haber dejado encendida la computadora, porque como hábito apaga todo, menos su deseo constante de vivir. Su rostro expresaba una luz, así como cuando […]