“…Y sin embargo se mueve”, Galileo Galilei

Si las cosas se dan como quieren algunos senadores, es más probable que me metan preso a mí o al poeta, “por empañar la buena honra” de cualquier energúmeno, que a quienes se enriquecieron con los sobornos que entregó Odebrecht a cambio de ser favorecida con el contrato para la construcción de las termoeléctricas Punta Catalina I y II.

Esa es la realidad de nuestro amado país y tenemos que lidiar con ello o rendirnos; pero rendirse no es opción cuando se tiene la verdad como arma.

Puede que tarde, pero la verdad siempre sale a relucir.
Este lunes, el Gobierno anunció desde el Palacio Nacional los nombres de las empresas ganadoras de una licitación para la construcción de dos plantas de gas natural en Manzanillo, Montecristi, con capacidad para generar 800 megavatios.

El costo total de las dos termoeléctricas, más una terminal para el gas, sería de 1,700 millones de dólares. Punta Catalina, de carbón, costó más de 2,340 millones de dólares.

Y aquí hay dos aspectos relevantes: 1-Las nuevas plantas producirían 40 megavatios más que los 760 de Punta Catalina y costarían casi 600 millones menos. 2-Las de Manzanillo serían de gas y no de carbón. Ambos puntos son favorables para la economía y el medioambiente.

Un tercer elemento importante es que el dinero lo pondría el sector privado, no el Estado dominicano, como ocurrió con Punta Catalina.

De acuerdo con una información preliminar ofrecida tanto por el presidente Luis Abinader como por el ministro de Energía y Minas, Antonio Almonte, las nuevas plantas estarían terminadas en tres años y medio, aproximadamente. Sería el proyecto energético más grande del país.

El consorcio Haina Investment Corporation, del grupo Vicini, resultó ganadora del Bloque 1, que construirá una planta de gas de 400 MW y una terminal gasífera; venderá energía a 8.48 centavos de dólar el kilovatio/hora. Del Bloque 2 resultó ganador el consorcio Manzanillo Energy, que construirá una planta de 400 MW y venderá energía a 5.82 centavos de dólar el kilovatio/hora.

Aún faltan por conocer más detalles, pero a priori, luce mucho más favorable que el sucio negocio hecho por el Gobierno de Danilo Medina con Odebrecht para las plantas de carbón. La empresa brasileña admitió que pagó en sobornos 39 millones de dólares para Punta Catalina.

Como siempre, el tiempo, el implacable, ha venido a demostrar que quienes denunciamos como una gran estafa la contratación de Odebrecht para instalar las termoeléctricas teníamos más de 800 megavatios de razones. Hoy reiteramos que Punta Catalina fue cuando menos un pésimo negocio para el país.

Por supuesto que hubo gente que se ensució las manos y se llenó los bolsillos con ese contrato, por eso ninguno de los tutumpotes que conocen el negocio quiso comprar el 50 % cuando le hicieron la oferta. Sabían que estaba sobrevaluada, solo hay que compararla con este nuevo proyecto que se anuncia para Manzanillo: más moderna, más megavatios, más limpia y por menos dinero. Piensa, piensa, poeta.