Investigadores dominicano y de Puerto Rico recomendaron a los  residentes del Gran Santo Domingo, especialmente los niños, envejecientes y personas con problemas respitarosios, a permanecer en lugares con aire controlado, usar mascarillas y no exponerse al aire libre hasta que no hayan controlado el incendio de Duquesa, ya que el polvo de Sahara aumenta la concentración de contaminantes en el país, trayendo  graves consecuencias para la salud.

Roberto Suriel, director General de Suriel Portela & Asociados, y   Rafael Méndez, de la Universidad de Puerto Rico, manifestaron  que en la situación actual de la pandemia del COVID-19, el polvo de Sahara y el incendio de Duquesa aumenta enormemente el impacto a la salud de todos los residentes en las zonas del Gran Santo Domingo, ya que la dirección del viento varía, lo que podría producir condiciones de aire no apto para la salud.

Enfatizaron que el humo de Duquesa, cuya combustión generada por la quema de residuos sólidos como neumáticos, plásticos, y otros elementos genera, entre otros contaminante, Dioxinas y Furanos, las cuales pudieran quedarse por más tiempo en el país, dada la capacidad que tiene el polvo del Sahara de hacer que los contaminantes se queden atrapados en los primeros 1000 metros (capa límite planetaria).

«‘Está científicamente comprobado estas sustancias son extremadamente nocivas a la salud humana, afectando algunos órganos importantes como el corazón, sistema inmune, el sistema respiratorio, hígado, alergias (en la piel y en los ojos), afectan la glándula de tiroides, llegando incluso a provocar cáncer reproductivo», expresaron Suriel y Méndez.

Por eso sugirieron a las autoridades monitorear constantemente las condiciones meteorológicas y medir los niveles de Dioxina y otros contaminantes, de forma que puedan prevenir a la población, «sobre todo durante en el día, cuando la brisa se dirija hacia la ciudad y su produzcan picos de contaminación».

El polvo es una gran mezcla de componentes biológicos y polvo mineral, donde se pueden destacar, hongos, virus, bacterias, estafilococos, componentes fecales, ácaros, detritos de todo tipo, polen, elementos y compuestos minerales, incluyendo metales pesados, como el mercurio.

«También está compuesto por contaminantes orgánicos persistentes, como insecticidas, pesticidas y herbecidas, y otras partículas que afectan principalmente a las vías respiratorias, causado enfermedades cardiovasculares», dijeron los investigadores en un documento enviado a este diario.

Este fenómeno, que afecta el país desde abril y hasta octubre,  reduce la posibilidad de lluvia y genera más calor porque evita el enfriamiento de la Tierra, ya que las nubes de polvo se hacen más densas y evitan la salida de la radiación solar, aumentando el efecto invernadero.

Esto ocurre debido a los fuertes vientos que soplan sobre el desierto y las elevadas temperaturas, generando un gradiente térmico que eleva las partículas de polvo a   la atmósfera, donde se transforman en enormes nubes de polvo.