Palacete del ingenio Engombe, el primero del Nuevo Mundo

Palacete del ingenio Engombe, el primero del Nuevo Mundo

Palacete del ingenio  Engombe, el primero del Nuevo Mundo

La principesca fachada de la mansión del ingenio. fotos César Langa Ferreira

Pocos años después de la llegada de los españoles a la isla, fueron dándose cuenta que la misma no era rica en oro y que el proceso de obtención, consistente en colar las arenas de los ríos por medio de un cedazo, no era fructífero.

Después de estudiar la calidad de la tierra, decidieron traer caña de azúcar desde Canarias, para plantarla en las tierras cercanas a los ríos.

No solo se plantó la gramínea, sino que se construyeron las edificaciones para la molienda, galpones para los trabajadores, almacenes y la vivienda del dueño de la plantación. Se utilizó la corriente de los ríos, principalmente el Haina, para mover los molinos.

La pequeña capilla privada edificada en el ingenio.

Hoy en día se conservan los restos arquitectónicos de estas construcciones, las que sorprenden a los visitantes por los materiales de construcción y los detalles arquitectónicos que se conservan, los que responden a los estilos arquitectónicos en boga en Europa, en ese entonces.

Definitivamente, aun hoy se puede percibir entre unos y otros restos arquitectónicos, la riqueza que poseía dueño del ingenio, incluso antes de producir el azúcar.

Son impresionantes
De las ruinas existentes en las cercanías del río Haina, las más impresionantes son las del conjunto que conformaba el ingenio de Engombe.

Es muy probable que la fecha de inicio de las obras fuera hacia el primer cuarto del siglo XVl, siendo los propietarios fundadores, según indica Fernández de Oviedo en su Historia General de las Indias, Esteban Justinian y Pedro Vásquez de Mella, el primero enterrado en la iglesia dominica.

En el año de 1534, Oviedo menciona que el establecimiento estaba en manos de un heredero: Juan Bautista Justinian.

El conjunto arquitectónico está constituido por la residencia de los propietarios, la cual poseía una capilla independiente de la misma, para la celebración del culto. Otras edificaciones son los galpones para habitación de los trabajadores y los almacenes.

En esa época, la mano de obra era de indígenas, más tarde, los negros africanos los reemplazaron.
Las labores realizadas incluyeron la edificación, las que aún permanecen en pie.

Una de las grandes sorpresas que encuentra el visitante en Engombe, es el material de construcción, ya que todos fueron levantados en piedra coralina, trabajada en bloques. Este sistema constructivo es lo que les otorga durabilidad.

El conjunto además poseía las edificaciones de los trapiches que funcionaban con el sistema hidráulico y los hornos para cocinar el jugo de caña, además los depósitos para guardar los bloques de azúcar solidificada.

Dos estilos
El estilo general arquitectónico es de transición entre el gótico y el renacentista, por esto, la bóveda de la capilla es totalmente gótica, mientras que, en el palacete, los vanos acusan la influencia renacentista, imitando el palacio de Don Diego, hijo del almirante Cristóbal Colon.

Las columnas, capiteles y detalles ornamentales, proceden del gótico tardío. En la actualidad, la conservación de las ruinas es óptima, corriendo a cargo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Los predios están dedicados a la ganadería y agricultura, para la experimentación académica de las facultades dedicadas a estas funciones.

Arcos rebajados de la logia superior.

El palacete de los propietarios del ingenio se distingue por su estilo regio, dotado en su fachada de logias de doble nivel, en donde los arcos rebajados, están soportados por columnas cilíndricas con basamento y capiteles.

Se debe restaurar
La calidad actual del mantenimiento de las ruinas, invita de una manera bastante sugerente, a una restauración integral de la misma, lo que dotaría a la nación de un establecimiento único, de inicios del siglo XVl, apropiado para diversas actividades culturales, sociales y académicas.

Dónde están

— Ubicación
Las ruinas existentes están ubicadas a veinte minutos de la Ciudad Colonial, en la localidad de Santo Domingo Oeste, justo en el centro del Parque Mirador del Oeste, entre la avenida 6 de Noviembre y el río Haina.

*Por MARÍA CRISTINA DE CARÍAS, CÉSAR IVÁN FERIS IGLESIAS Y CÉSAR LANGA FERREIRA