Memorias de un interventor transformado por la realidad dominicana y guerra de abril

Memorias de un interventor transformado por la realidad dominicana y guerra de abril

Memorias de un  interventor transformado por la realidad dominicana y  guerra de abril

El conflicto bélico de abril de 1965 es fuente de una prolífica historiografía, la cual resalta con sobrada justificación el comportamiento del sector militar que puso capacidad, armas y coraje para defender la soberanía nacional y los principios democráticos.

El cambio de mentalidad evidenciado en núcleos de la cúpula militar y hasta en el soldado desconocido, caló también, aunque en menor grado, en integrantes de las misiones internacionales que actuaron en la contienda. El caso más relevante fue el del coronel Roberto Cubas Barboza, quien en sus memorias expone tópicos de la vida dominicana, más allá de lo bélico.

Cubas Barboza
Comandó el contingente paraguayo, compuesto por 185 militares. Permaneció en el país durante trece meses como integrante de la Fuerzas Interamericanas de Paz (FIP).

Como la mayoría de militares de su época, Cubas Barboza fue formado para enfrentar el mal del comunismo, dentro y fuera del Paraguay de Alfredo Stroessner; con tal propósito llegó a Santo Domingo el 26 de junio de 1965.

Contenido de la obra
El diario de Cubas Barboza de 318 páginas, es una radiografía de la guerra. Contiene discursos, arengas, informes, partes militares, negociaciones diplomáticas, cotidianidad de los bandos en pugna y los momentos pre y postelectoral de 1966, desde la perspectiva de un actor militar, imbuido de profundo sentir anticomunista.

El deber y la realidad
Sin renunciar al objetivo de su misión, Barboza fue cautivado por las peculiaridades de República Dominicana, la que describió como la tierra del contrastes, pues no obstante ser el centro de conflictos sociales, políticos y económicos, su naturaleza seguía intacta.
Lo social
´´Las desigualdades se verifican entre gente de alcurnia, con títulos nobiliarios, educados en Suiza o España, con mansiones principescas, cerradas con verjas de hierro y cuidadas por enormes mastines, y a corta distancia los desheredados, los come nada del barrio llamado Mata Hambre que gracias al aguardiente aplacan los remezones estomacales y los chicos se bastan con cangrejos, lanzados a un caldero, acompañados con algo de guandules´´.

La obra de Cubas Barboza deja al descubierto cierta preocupación por la desigualdad social existente en el país, lo que ratificó luego de una visita a Juan Dolio el 11 de julio de 1965.

Una descripción
´´ Veo y me cuentan el abandono en que vive esta pobre gente de color, con elevado índice de procreación, chozas de madera y hojalata, desnudos, no se ve ni un cultivo, ni una lecherita, ni aves de corral, ni un árbol frutal, nada, tirados al suelo jugando barajas, uno que otro chancho flaco, comiendo la porquería y excrementos humanos… Y el contraste, enormes propiedades con cultivos de caña, modernos mataderos y estancias, villas de lujo con varios automóviles, lanchas y piscinas´´.

El contacto con la cotidianidad impactó la sensibilidad del oficial paraguayo, quien destacó en su diario de guerra aspectos que indicaban sentimientos encontrados.

´´Pero lo importante es el SER dominicano, su alegría, su sencillez, su amor por la vida, su música el merengue y la gracia con que danzan con una pierna tiesa, como el pirata de pata de palo… su población amable, simpática y abierta. Su pueblo en carnaval perenne, donde la diversión es primordial´´.

Cambio de mentalidad
Es probable que su estancia en suelo dominicano haya contribuido a la erupción de inquietudes y aspiraciones que el uniforme militar mantuvo reprimidas por años, las cuales expuso en la parte final de sus memorias, luego de regresar a Paraguay el 29 de julio de 1966.

En el plano político hizo duras críticas a las actuaciones de diversos sectores sociales: políticos deshonestos, religiosos corruptos, militares mediocres, funcionarios incapaces y coimeros que crecen como maleza en jardín de vecindad. Se escudan en el ideal político en el que no creen —ni conocen, medrando a la sombra e impulsado por la brisa de las obras que el gobierno ejecuta y que el pueblo paga— triplicado.

Estudiantes que gritan un patriotismo que no sienten y menos lo viven. Pregonan honradez y no desaprovechan ocasión para rendir culto a la codicia y al oro mal habido.

Las instituciones
También plasmó sus consideraciones sobre la democracia: “para que la democracia florezca, el gobierno ejerza el mando popular, el pueblo goce de sus derechos y cumpla sus obligaciones, se hace necesaria la actualización estructural de las instituciones nacionales, acorde con los tiempos que vivimos en lo político, social y económico”.

El cuestionamiento de Cubas Barboza al orden social y político que otrora defendía refleja una evolución de su pensamiento hacia posiciones democráticas que lo situaron en la lista excepcional de militares latinoamericanos con idéntico proceder.

Santo Domingo

— El influjo
Haber sido un oficial superior del ejército de la era de Alfredo Stroessner no le impidió al coronel Roberto Cubas Barboza escribir unas memorias con un ingrediente de sensibilidad notable.

*Por TEODORO VIOLA PARRA