Otra vez El Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano está en el debate público.
Da la impresión de que todo aquel que haya tirado una pelota en Grandes Ligas será considerado un «inmortal».
Ello, sin importar que no cumpla con los parámetros que establecen la diferencia entre lo «talentoso» y lo «grandioso».
Es un error que se arrastra históricamente, necesariamente no es responsabilidad de Luis Scheker Ortiz, su actual presidente. Se percibe que las distorsiones superan por mucho los errores humanos propios de una actividad deliberativa.
¡Es tiempo de tomar correctivos!. Además, en una sociedad clientelista es peligrosa la sustitución de lo «honorífico» por lo «honorario», aunque la intención haya sido buena. El acto de exaltación es solemne, no estoy cerrado a banda, no descarto asistir, hay mucha gente buena…Pero me doy por vencido.
