El sueño de Charlie

El sueño de Charlie

El sueño de Charlie

Sólo un ingenuo podría atribuir a la casualidad el hecho de que el proyecto de ley sobre declaración jurada de bienes y enriquecimiento ilícito, de la factura del senador Charlie Mariotti, haya fracasado cinco veces en el Congreso Nacional.

La iniciativa, que me parece un plausible aporte del autor, muere siempre en el mismo lugar: la Cámara de Diputados. Pero al menos ha servido para algo, que es pintarnos una oleografía general de la naturaleza de algunos de nuestros legisladores.

Y la lectura que se desprende, además de ser comprensiva, no es más que una confirmación de que necesitamos elevar la calidad del ejercicio de legislar.

Ahora estamos empeñados en cualificar la labor de los profesores, pero perdemos de vista que nos falta lo mismo en el campo legislativo.

Para eso, la sociedad -que elige a sus representantes en las cámaras legislativas- tiene que ser más rigurosa, exigente, y hasta quisquillosa, para ceder a personajes deplorables, moralmente torcidos o genéticamente corruptos la facultad de aprobar nuestras leyes.

El inicio de este esfuerzo -con características sanitarias- corresponde a los partidos políticos, aunque estas instituciones proyectan poca esperanza en ese sentido, debido a sus altos niveles de descomposición interna y  a la ausencia de una normativa moderna que, por cierto, los mismos legisladores se han encargado de boicotear.

Todos los sicofantes que desean levantar fortuna sin mayores esfuerzos desembarcan en las filas de los partidos y de ahí saltan a los puestos públicos -electorales o no- donde crean feudos  y cacicazgos clientelares.

En ese contexto, nuestras instituciones partidarias no sólo constituyen los resortes de estos nuevos afortunados, sino la sombrilla protectora de asaltantes del erario, quienes siempre están prestos para declararse políticamente perseguidos, en caso de que la justicia intente romper su manto de impunidad.

Vamos a estar claros. Ni a los partidos ni al Congreso les interesa una ley que controle el enriquecimiento ilícito. Mariotti ara en el desierto o soñó que vivía en otro país al  concebir el  referido proyecto.



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