¿Deflación dominicana?

¿Deflación dominicana?

¿Deflación dominicana?

El Banco Central del país acaba de anunciar que el índice de precios al consumidor para el mes de mayo del presente año reflejó una cifra negativa de un 0.03 por ciento.

La noticia ha causado sorpresa por cuanto no se recuerda en tiempos recientes que la inflación haya presentado una cifra negativa.

En economía, cuando en un país se presenta una deflación o inflación negativa, es porque se ha presentado un descenso generalizado de los precios de los diferentes bienes y servicios, motivado por una disminución o pérdida de la demanda y un exceso de la oferta.

Por lo general, se estima que hay tal inflación negativa cuando existan al menos dos trimestres seguidos de inflación negativa, para que se pueda declarar una real deflación.

La deflación normalmente está asociada a las recesiones y a las crisis económicas y financieras. En la teoría económica, la deflación es la reducción de la oferta monetaria. Su efecto inmediato suele ser la bajada generalizada de los precios de bienes y servicios.

Hay opiniones encontradas entre economistas de que si es conveniente o no una situación de deflación. Mientras hay quienes la defienden, puesto que en teoría aumenta la capacidad adquisitiva frente a bienes y servicios de relativamente más bajos precios, hay otros que estiman que tal situación lo que hace es posponer el gasto, diferir las inversiones y conducen a una parálisis que deviene en una enorme incertidumbre económica.

Por suerte, lo que acontecido con las cifras de inflación en República Dominicana no constituyen por definición una deflación, pero sí una advertencia frente a la posible caída del crecimiento económico.

Por ello se hacen más entendibles las medidas recientes dispuestas por nuestro Banco Central de liberar el 30 de mayo pasado 29 mil millones de pesos, disponibles en un abanico de créditos subsidiados al 9 por ciento por un plazo de hasta 6 años. Mejor prevenir que lamentar.



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