Por eso participo en política

Por eso participo en política

Por eso participo en política

Después de la vez número “cuchucientos” que me hacen la pregunta, explicaré porqué entiendo que se debe participar en política.

Resulta que lo primero que se debe tomar en cuenta es la historia, así pues, si nos remontamos a la antigua Grecia (con un simple “googleo”), veremos que de su cultura es que emana la palabra Idiota, cuyo significado en aquella época describía a: “todo aquel que, teniendo derecho, no participaba de los asuntos públicos de la ciudad (polis), sino que se aislaba en sus asuntos propios. Hay que recordar que no todo el mundo tenía el estatus de ciudadano, que daba derecho a acudir a la plaza (ágora) a debatir los asuntos que afectan a todos. Renunciar a este derecho era, pues, cosa de idiotas”.

Que conste, no me interesa ser grosero sino que, sin necesariamente compartir el fuerte término con que se referían a los no interesados en política, destacar la importancia que los grecos le daban a participar en la toma de decisiones. De hecho, la palabra idiota evolucionó con el tiempo para describir otras condiciones.

Actualmente se da un hecho curioso, y es que en la nueva acepción de la palabra idiota son estos los que en muchas ocasiones toman las decisiones por nosotros, pues son los que están metidos en política, ¡que irónico!

Con marcada frecuencia veo a mi alrededor gente que se queja del manejo de la cosa pública, sin embargo, se niegan a formar parte un día del sector público; una de las frases más socorridas es que “eso es para tígueres”, siempre les hago la misma pregunta: ¿porqué no entras tú para adecentarlo?

Todos los que nos “jugamos la faja” en esto, sin vocación por el enriquecimiento, nos sentiríamos mucho mejor si para debatir un tema tuviéramos en frente a una persona con valores éticos

Lo más importante de hecho, es que actualmente nos encontramos en un proceso de deterioro rampante de los preceptos morales que como sociedad y en la política deben ser aplicados, por lo que es un momento clave donde se necesita “gente seria”.

Más aún, existe un deber que va más allá que el inmediatismo que se nos impone, y es el de legar un país, no un ensayo del mismo a nuestros hijos. Como padres, como entes de la sociedad, se debe asumir el compromiso voluntario de adecentar el ejercicio político, a los fines de que nuestros hijos no tengan que lidiar con las frustraciones que vivimos actualmente.

Escollos, zancadillas, empujones, desconsideraciones, bloqueos, chismes, y muchas cosas más se nos presentarán una y otra vez, así es este mundo que necesita una rápida y profunda renovación; cobarde el que ya decidido a caminar estos tortuosos senderos, huye, pues estará fallándole a las próximas generaciones.

Por eso participo en política.



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