Planificación y medio ambiente

Planificación y medio ambiente

Planificación y medio ambiente

El futuro empieza hoy. Las posibilidades de diseñar el mañana, de elucubrar, de informar, creando las condiciones generales para prever, en base a lo que somos, lo que queremos y podemos ser mañana, es exclusivamente, el producto de la planificación.

El centro del accionar en la naturaleza es el ser humano, y lo es  como persona, como familia, o como agregamiento artificial, en barrio o residencial, como pueblo, como Distrito Municipal, como municipio, como provincia, como región y como país. Es la persona el sujeto que debe trazar las pautas de aprovechamiento de los bienes que la madre naturaleza pone a nuestra disposición.

La vida humana individual y colectiva en el mundo actual, no resiste la improvisación y el azar de la supervivencia. Ha quedado atrás jugar a la gallinita ciega o al deambular dando tumbos apostando a la casualidad, en lo referente al futuro de la humanidad.

Es esta la razón por la que el país se avocó a la discusión  de un plan de desarrollo a 20 años, en el que se definen los ejes fundamentales en que se deben enmarcar nuestro futuro, como país. Entre los pilares que deben sostener el desarrollo nacional está el que se refiere al Medio Ambiente, que viene a ser una de las cuatro patas de la mesa en que se fundamenta el desarrollo.

Visto así, el congreso después de desarrollar en el país los más amplios debates sobre lo que queremos y como nos debíamos ver en el futuro, voto la ley no. 1-12 del 26 de enero del 2012, que crea la Estrategia Nacional de Desarrollo de la República Dominicana, a 20 años.

Ese cuarto eje viene a ser vital para regular un crecimiento económico con justicia y cohesión social, fomentando un ordenamiento territorial que posibilite la sostenibilidad ambiental.

El desarrollo integral envuelve las diferentes vertientes de posibles necesidades humanas y de cómo satisfacerla, sin que esto se convierta en una afrenta a la naturaleza, o en una irresponsabilidad de la sociedad presente, frente a futuras generaciones. Por lo que el reto permanente es que el hombre y la mujer satisfagan sus necesidades vitales, preservando los recursos naturales y para esto hay que hacerlo sostenibles en el tiempo y el espacio. Ese es un desafío permanente.

Debemos asumir un compromiso a corto, mediano y largo plazo que permita elevar la calidad de vida de la gente, sin que los adelantos tecnológicos y el desarrollo de la ciencia se conviertan en conspiradores de la existencia humana. De nada serviría el anhelado estado de bienestar, si este no es capaz de articular planes y proyectos aplicables en el sentido macro, como nación o en sentido práctico a través de unidades de gestión ambiental desde cada municipio hasta la más apartada aldea rural.

Solo la articulación de estas políticas, definidas en el cuarto eje de la ley que traza la Estrategia Nacional de Desarrollo, en lo referente al medio ambiente y su sostenibilidad, puede permitir que la República Dominicana cumpla en el tiempo más breve, con los objetivos del milenio, cuyos resultados deben ser, el desarrollo sostenible y la felicidad colectiva de los dominicanos, abrazados a la racionalidad y la moderación, desterrando todo tipo de práctica corrupta.



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