Hoy es un día importante, no porque se trate de una efeméride que levantó la Organización de las Naciones Unidas como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. No.

Va más allá de este día y el futuro inmediato. Sus alcances tienen que surtir efecto de manera más efectiva antes de que termine el presente quinquenio.

Y para lograrlo, ¿en qué debemos avanzar y seguir progresando, como Estado, como nación, como país y sociedad en la República Dominicana con relación al tema de la eliminación de la violencia contra la mujer?

Hay muchos factores envueltos, conexos, que constituyen un freno, un valladar, un muro de contención en esta problemática que tiene, en el mundo, y sobre todo en Latinoamérica, muchas aristas.

En lo particular, tiene que ver con nuestros niveles de pobreza, de la falta de educación en hombres y mujeres, la incapacidad del Gobierno en la construcción de una política laboral sólida, que propicie la creación de plazas de empleo.

Así como el tráfico de mujeres, que son conquistadas con falsas promesas y salen hacia otros países y no son ciertos los sueños de progreso y realización decente que les prometen.

En todo esto hay una falla fundamental. No se trata solo de que afecta a la mujer. Nos afecta a todos como sociedad. En cualquier acto de violencia hay una flagrante violación a los derechos humanos, ya sea esta violencia física, sexual, psicológica, económica, o a través de otras formas más sofisticadas, que se interrelacionan con las primeras.

De manera que desde el Estado, y todas las instituciones, todas, hay que hacer una gran cadena de atención, vigilancia y apoyo económico, para erradicar este flagelo. Tenemos que poner un periodo de tiempo para avanzar en ese camino.