Monseñor Arnaiz afirma en la indolencia estatal y la pasividad de la sociedad civil está la raiz de los males del país

Monseñor Arnaiz afirma en la indolencia estatal y la pasividad de la sociedad civil está la raiz de los males del país

<P>Monseñor Arnaiz afirma en la indolencia estatal y la pasividad de la sociedad civil está la raiz de los males del país</P>

SANTO DOMINGO.-El obispo emérito de la Arquidiócesis de Santo Domingo, Francisco José Arnaiz, proclamó este martes que en la raíz de los males que aquejan al país están la irresponsabilidad, la postergación de ciertos derechos fundamentales, la indolencia y parsimonia estatal, la pasividad de la sociedad civil  y cierta inconsciencia colectiva del potencial productivo nacional.

En la homilía de la misa con motivo de la celebración del 148 aniversario de la Restauración de la República, en la Catedral Primada de América, Arnaiz citó entre esos derechos fundamentales postergados los servicios básicos de calidad: educación, salud, vivienda y red vial adecuada.

 

Criticó la pasividad de la sociedad civil, que lo espera todo del Estado, la omisión de ineludibles deberes personales y sociales, privados y públicos y la falta de consciencia de la población sobre el potencial productivo agropecuario, turístico, industrial y minero.

 

´´El tesoro del terruño que Dios nos dio encierra inmensas posibilidades, ensanchables hoy por los avances portentosos de la ciencia y de las técnicas modernas, y que sólo esperan para salir de su letargo, el trabajo inteligente, sostenido y organizado de todos nosotros´´, advirtió.

 

Destacó la necesidad del trabajo serio, responsable, inteligente, sabio, apoyado en la técnica, organizado, bien remunerado, alegre e indesmayable.

 

´´Qué distinta sería la Patria si pudiese contar, a pleno rendimiento, con todos los talentos que posee, repartido entre sus hijos´´, exclamó Arnaiz.

 

Estimó que la celebración de la Restauración de la República constituye una fecha propicia para que los dominicanos sientan en lo más hondo de su conciencia, la obligación de poner al servicio de la Patria, sus dones personales.

 

´´No importa la pequeñez de nuestro territorio. Pequeña era Grecia e iluminó con su saber al mundo entero. Pequeña era Cartago e hizo temblar al poderoso y dilatado Imperio Romano. Pequeño es el Japón, importador de petróleo y materias primas, y se ha constituido en un gigante de la modernidad´´, observó.

 

Agregó que pequeña también es la isla de Taiwán y se ha convertido en un titán del Pacífico, y que pequeños han sido muchos pueblos que han logrado cimas muy altas de gloria y de esplendor.

 

  

       En opinión de Arnaiz lo que encumbra a los pueblos es el conjunto de sus virtudes, los altos valores que determinan sus conductas, el esfuerzo generoso y denonado

 



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