La reforma policial, urge

La reforma policial, urge

La reforma policial, urge

Dunia De Windt

Con el tiempo, la Policía Nacional con sus asesinatos indiscriminados, con justificación o no, trata de hacer justicia con sus manos. Es alarmante.

Lo peor es que la cacareada reforma policial y el saneamiento a estas autoridades brilla por su ausencia.

Vienen y van jefes de la Policía y sólo la agresividad aumenta. A pesar de que el Jefe de la Policía dijo recientemente que a su juicio la delincuencia ha bajado. 

Las actuaciones de este cuerpo del orden son divulgadas a través de los diversos medios de comunicación, y redes sociales, con el que los dominicanos se sienten no sólo desprotegidos, sino con miedo a enfrentarse a estos hombres. “Intercambio de disparos” es el escudo perfecto para justificar tanto ‘gatillo alegre’.

En ese sentido, desde hace años se viene hablando de una “reforma policial”. Un informe que duerme el sueño eterno en el Congreso.

Un trabajo redactado y devuelto a sus autores en varias ocasiones, pero que nadie promulga.

Algo así como la ley de partidos, necesaria y urgente pero que algunos no la desean porque se acabaría su negocio.

Urge reformar y sanear desde abajo hasta arriba la Policía y demás autoridades del orden. La reforma policial no es garantía de nada, pero es necesaria.

Para nadie es un secreto y como recientemente también dijo la Fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, en el 90% de los casos de criminalidad y narcotráfico están involucrados miembros militares y policiales. Nada nuevo bajo el sol.

El aumento de la violencia en nuestro país no sólo se castiga matando a los delincuentes como dijo un “diputado” hace tiempo.

Esta deseada reforma policial hay que contrarrestarla con otro factor vital para que los presuntos delincuentes cumplan su pena, un Poder Judicial independiente, diáfano y sin clientelismo. Con jueces y fiscales que dicten sentencias verosímiles, no que pasen la vida dictando “medidas de coerción” de tres meses frente a actos demenciales.

El pasado caso de la Dican es un ejemplo más del listado de miembros del orden incriminados en asuntos turbios.

Si esa anhelada reforma continúa su paso adormecido seguiremos en la senda de vivir en un país sin leyes y sin protección de ningún tipo por temor a los mismos policías y militares que tienen el deber de imponer el orden.



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