GRECIA.- Violentos incidentes se registraron este sábado en Atenas y Tesalónica en las manifestaciones del 1º de mayo en Grecia, que movilizaron miles de personas en un clima tenso, debido al plan de austeridad que el Gobierno anunciará el domingo para superar la crisis financiera.

En Tesalónica, la gran ciudad del norte de Grecia, donde 5.000 personas participaron en dos manifestaciones, según la policía, las fuerzas de seguridad dispararon gases lacrimógenos contra grupos de manifestantes que destruyeron cajeros automáticos y vitrinas de comercios.

En Atenas, manifestantes y policías se enfrentaron brevemente después de la disolución de las dos manifestaciones que congregaron 15.000 personas.

Según la policía, 10.000 personas respondieron al llamado del frente sindical comunista Pame y 5.000 al de las centrales sindicales de la actividad privada GSEE y los servicios públicos Adedy.

La policía disparó gases lacrimógenos para dispersar a grupos de manifestantes que incendiaron una camioneta de la televisión.

Al promediar la tarde, un grupo de manifestantes se atrincheró en la sede de la Escuela Politécnica de Atenas, mientras que en el mismo barrio otro grupo tiraba proyectiles contra las fuerzas de seguridad para impedirles que avanzaran.

El plan que el Gobierno griego está negociando con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé una ayuda de 100.000 a 120.000 millones de euros a cambio de nuevas medidas de austeridad para disminuir el déficit público.

Esas medidas de austeridad ya fueron denunciados por los sindicatos que convocaron a una huelga general el próximo 5 de mayo.

«Ningún sacrificio, la plutocracia debe pagar por la crisis», proclamaba una banderola del frente sindical comunista, que desplegó a varios miles de militantes, bajo banderas y globos rojos, en la plaza Sintagma, en el corazón de la capital.

Según fuentes sindicales, es posible que se le exija a Grecia que ahorre hasta 25.000 millones de euros en dos años para encauzar el déficit público haciéndolo pasar del 14% del Producto Interior Bruto (PIB) del año pasado a un 4% a finales de 2011. En este caso sería un esfuerzo sin parangón en la zona euro.

Pero el primer ministro griego, Giorgos Papandreou, intentó que sus conciudadanos aceptaran los nuevos sacrificios diciéndoles que la «supervivencia de la nación» dependía de ello.

El jefe de filas de los ministros de Finanzas de la zona euro, Jean-Claude Juncker, convocó para el domingo una reunión para tratar sobre el acuerdo.

Una vez validado por los ministros, la activación de la ayuda necesita la autorización de los jefes de Estado y de Gobierno de la Eurozona, que posiblemente llegará durante una cumbre el 7 u 8 de mayo.