Feminicidio: ni una más

Feminicidio: ni una más

Feminicidio:  ni una más

Siempre he visto con mucha simpatía la lucha de las mujeres reclamando sus justas reivindicaciones. Esto quiere decir que comparto sin reservas todos los esfuerzos que en este tiempo se están realizando para rescatar su dignidad.
Como todos sabemos, desde que el mundo es mundo, las mujeres han sido sometidas a toda clase de abusos y maltratos por hombres tan cobardes que si tuvieran que enfrentarse de igual a igual con los que son sus semejantes a lo mejor saldrían huyendo.

Además, muchos hombres creen absurdamente que la mujer es de su propiedad, como si se tratara de un objeto, pudiendo manejarla a su antojo, falsa creencia que se acrecienta porque tradicionalmente la mujer se identifica como que pertenece a alguien, pero el hombre no pertenece a nadie. Esta costumbre viene de muy lejos y ya forma parte integral, lamentablemente, de nuestra cultura machista.

Teniendo en cuenta lo anteriormente expresado, me llamó la atención una noticia aparecida en este periódico el 17/11/15, cuyo título decía: “Más de dos mil mujeres asesinadas por parejas”.

Esta desgarradora noticia tenía que ver con un informe presentado a la prensa por el Patronato de Ayuda a Mujeres Maltratadas (Pacam), el cual daba cuenta de que desde el año 2000 al 2014, exactamente 2,479 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas sentimentales.

Evidentemente que privar de la vida a una mujer es un desborde innecesario de violencia contra un ser humano. Hay que estar muy mal de la cabeza, candidato a una celda en el manicomio, para cometer semejante crimen porque nada justifica un hecho de esa naturaleza.

De ahí que los argumentos de infidelidad o desamor esgrimidos en estos casos por los feminicidas son ridículos porque ninguna mujer va a dar motivos para que la relación zozobre si su pareja la valora, la respeta y la trata con delicadeza.

Por lo tanto en vez de dar una respuesta egoísta y violenta contra su pareja, ese hombre debería revisar su conducta y buscar ayuda profesional.

Ahora bien, en los datos estadísticos proporcionados por el Pacam, creo que debió incluirse un dato relevante: de esos miles de criminales, cuántos todavía están en la cárcel. Me atrevo a apostar “peso a morisqueta” que la mayoría ya hace tiempo que está fuera del presidio.

Es evidente que en estos casos la falta de un castigo ejemplarizante es un incentivo para que estos crímenes sigan ocurriendo y además permite que esos cavernarios se paseen impunemente por las calles de cualquier ciudad exhibiendo un letrero donde se lee: “Soy intocable”. Como dice un refrán popular: “Así no se ataja al que va huyendo”.

Por estas razones, la frase “Ni una más”, acuñada por Susana Chávez, activista mexicana en la lucha contra el feminicidio, asesinada el 6/1/10, debe ser mantenida en alto hasta que esta mortal plaga, que tanto daño ha hecho a la integridad física y emocional de tantas mujeres, sea totalmente erradicada.

Pero hay otro tipo de feminicidio que, paradójicamente, es apoyado por las mismas feministas que condenan la violencia machista contra las mujeres.

Me refiero al crimen del aborto. Pero antes de seguir adelante permítanme hacer un breve paréntesis para definir el término “mujer”, y para este fin recurro a la Real Academia Española de la Lengua que al respecto nos dice: “Persona del sexo femenino”.

Alguien dirá que el feminicidio y el aborto no tienen ninguna relación. Pues sí la tienen y mucha. Un feto hembra es persona, por lo tanto es “mujer”, según la RAE, y por medio del aborto se ha violado flagrantemente el derecho fundamental a la vida de miles y miles de mujeres que les han impedido nacer y llegar a ser personas exitosas en el campo profesional, la ciencia, la tecnología, la política u ocupar altos cargos empresariales o en la administración pública.

Pero, además, les han tronchado la oportunidad única e irrepetible de ser esposas, madres, abuelas, bisabuelas ,etc., en una acción criminal, inhumana, injusta, egoísta y perversa que no hay con qué compararla.

Y a pesar de que el aborto es ilegal en nuestro país, esa ilegalidad es como si no existiera porque a las autoridades no les interesa aplicar esa ley porque gran parte de la sociedad está embarrada de pies a cabeza de esa práctica inmoral, considerándola como un “derecho”.

Es mas, para muchas mujeres es un “orgullo, un “privilegio” y un “triunfo” decir públicamente que en su vida se han sometido a múltiples abortos.

Es decir, confiesan que han cometido esos crímenes sin ninguna consecuencia. ¡Bendita justicia que discrimina a los delincuentes!

Por consiguiente, otra manera eficaz de luchar contra los feminicidios es diciéndole no al aborto de mujeres. ¡¡”Ni una más”!!



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