Santo Domingo.-A pasar de ser la primera del Nuevo Mundo, la ermita o capilla Nuestra Señora del Rosario, en el sector de Villa Duarte, paradójicamente no tiene quien vele ni rece por ella un Padre Nuestro a su favor.

El viejo templo religioso construido en el siglo XVI, donde se ofició la primera misa, dirigida por los frailes dominicos en 1544, y en torno al cual recién se suscitó una polémica para que su vía de acceso permanezca abierta al público, sigue “secuestrada y desamparada” relativamente.

Falta vigilancia

Allí no hay una seguridad que cuide su entorno ni un guía que dé cuenta de su importancia y razón de ser, como tampoco existe una inscripción que explique que justo en ese lugar se origino la Primada Ciudad de América o del Nuevo Mundo.

Los vecinos están a la espera de que se defina la intención de venta de la vía de acceso por parte del Ayuntamiento de Santo Domingo Este a Molinos del Ozama, empresa que aunque desistió de la compra mantiene el control de quienes llegan allí.

Especialmente quienes van en vehículo deben presentar una identificación. La más antigua parroquia está abierta y solitaria, pero bajo un cerco perimetral.

Desde allí se divisa un hermoso paisaje urbano de la otra cara de la Zona Colonial, Patrimonio de la Humanidad, en el cual se espera sea incluido este antiguo inmueble.