En este absurdo país...

En este absurdo país…

En este absurdo país…

Dunia De Windt

Donde na’ e na’ y to’ e to’, cuando cobrar US$92 millones a través de sobornos y sobre evaluar obras de infraestructuras sin que les tiemble el pulso ni la conciencia a estos “honorables” políticos es ya un tema recurrente en una sociedad que premia al ladrón de corbata siendo congresista, presidente o embajador y asesina en “intercambio de disparos” a bandidos de poca monta agarrados en su realidad de falta de oportunidades, los demás observamos este absurdo como una situación demencial.

Sólo por el caso Odebrecht en un país que se respetara, toda la cúpula gubernamental estuviera fuera del poder. Millones en cuentas bancarias y los hospitales públicos cayéndose a pedazos en este país del absurdo.

Sí, aquí no andamos bien y lo digo en serio.

La percepción que la mayoría tiene con respecto a “moralidad y valores” con los que algunos se pasan la vida llenándose la boca y en su realidad cotidiana es todo lo contrario, a la hora de robar, de malversar fondos públicos, vender por pedazos este país, apropiarse de sobre evaluaciones de obras, se limpian las nalgas con ese mismo discursito de absurda moralidad y cambios antojadizos a ese “pedazo de papel” constitucional, incluido por supuesto, lo de atragantarse con “tiburones podridos”.

En la realidad lo único que importa son los cuartos que usted pueda robar mientras dure su vida política y asegurar de esa manera el futuro suyo y de sus descendientes. Tranquilo, la inexistente justicia pocas veces actúa sobre los “señores”.

En este absurdo país donde robar del erario, como he dicho antes, es un premio y está bien visto, se “detiene” el hombre del maletín bajo protestas días antes de comicios electorales para luego retornar a su anterior posicionamiento. Ese gentil “hombre” proveedor de causas económicas justas a esos “pobres” infelices congresistas que no leen ni los proyectos de ley que emiten y no ganan ni para botellitas de agua.

Farsantes. Congresistas con casos pendientes en la justicia son los que “legislan y aprueban” a golpe de papeletas nuestras leyes, qué circo!!
Allí siguen como maharajás sentados, ríen de esta patética sociedad de pendejos.

En este maltrecho país donde para usted hacer velar sus derechos tiene que hacer malabares, y si es en un caso penal, prepárese a desembolsar millones de pesos para que un abogado de los buenos, de esos zorros litigantes haga lo posible por conseguirle esa anhelada justicia previo pago millonario, ya que el sistema judicial está negado a la mayoría de la población sin apellido, abolengo ni recursos.

¿Qué hacen los fiscales de este país por el común ciudadano de a pie, mujeres y niños maltratados?, díganme.

En Estados tan absurdos como este, resulta difícil vivir. Mucha impotencia. Cuánta falta nos hace un limpio e independiente Poder Judicial, un gobierno coherente y un congreso diáfano!! Definitivamente, en nuestras cárceles no están todos los que son ni están los que deben estar.



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