Santo Domingo.–La movida de ficha de ayer de la cúpula del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), personificada en Leonel Fernández y Danilo Medina, de unificar su fuerza congresual para respaldar la reelección presidencial, ha complicado el juego de la oposición del ajedrez político nacional, debido a que pondrá a prueba la fortaleza ideológica de sus legisladores.

El futuro de la reelección ahora está en manos de la oposición política, que tiene la posibilidad de detenerla y sacar de juego al presidente Medina, el más poderoso de los candidatos, según las encuestas de opinión; con miras a las elecciones presidenciales, congresuales y municipales previstas a celebrarse el 15 de mayo del año 2016.

En virtud de su mayoría en el Senado de la República y la Cámara de Diputados, el PLD cuenta con los votos para aprobar la ley de convocatoria de la Asamblea Nacional a los fines de conocer la reforma constitucional, pero una fuerza que no le alcanza para materializarla en virtud de que se requiere una matrícula especial de las dos terceras partes de los legisladores que acudan a los trabajos.

Lo anterior implica que quede en manos de los partidos Revolucionario Dominicano (PRD), Revolucionario Moderno (PRM) y Reformista Social Cristianos (PRSC) el destino de la reforma de la Carta Magna para restablecer la reelección presidencial.

Correlación de fuerzas

La correlación de las fuerzas que gravitan internamente en el Congreso Nacional no favorece a los aires reeleccionistas. La matrícula de la Cámara de Diputados es de 190 y la del Senado de 32 miembros, por lo que para pasar la reforma constitucional y reintroducir la reelección presidencial se requerirían 148 votos, en caso de que todos los legisladores asistan a la reunión de la Asamblea Nacional.

Las matemáticas reflejan lo siguiente: el PLD cuenta con 96 diputados, suficientes para convertir en ley el proyecto que convoca la Asamblea Nacional, restándoles a Vinicio Castillo Semán, Guadalupe Valdez y Minou Tavárez Mirabal, quienes a pesar de que fueron electos en la boleta de la organización, ya forman tienda aparte y han adelantado que se oponen a la reforma constitucional.

Sumados estos a los 30 senadores peledeístas, siguen siendo insuficientes en la decisión final de modificación de la Constitución.

Aunque resulta difícil determinar cuántos son los diputados que siguen a Miguel Vargas Maldonado, presidente del PRD, y a Luis Abinader, candidato presidencial del PRM, y al también perremeísta Hipólito Mejía, lo que sí es cierto radica en que totalizan 89 representantes.

Los voceros oficiales del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), con nueve legisladores, se han pronunciado en contra de los aprestos reeleccionista.

En conclusión, el PLD con 123 votos asegurados, 30 senadores y 93 diputados, le faltarían 25 que tendría que conseguir entre los representantes de la oposición.

En caso de que se considere un hecho que el senador reformista Félix Vásquez, y Amable Aristy Castro, del Partido Liberal la Estructura, y un diputado de esa organización, además de los nueve reformistas en la Cámara Baja voten favorablemente, aún así se requerirán de otros 13 legisladores.

Votos claves

¿Dónde lograr los votos claves para la reelección? La anterior constituye la gran pregunta, debido a que la tarea no resulta fácil en virtud del costo político y moral que implicaría un paso de esa naturaleza.

En la historia política se recuerda a los diez diputados del PLD de adoptaron votar por la reforma constitucional del año 2002 que permitió a Hipólito Mejía intentar reelegirse en la Presidencia de la República.

El primer escenario estaría en diputados seguidores de Vargas Maldonado que entiendan que no cuentan con mucho futuro político, por lo que decidan apoyar la reelección, a sabiendas de que en la opinión pública se considere que recibieron la visita del “hombre del maletín”.

Otro sería que legisladores allegados a Hipólito Mejía, a quien se atribuye amistad con el presidente Medina, opten por apoyar la modificación constitucional.

Sin duda de que el panorama político nacional se complica para la oposición, porque dar paso a la reelección conllevará a enfrentar la mejor carta de triunfo del oficialismo.

El tiempo se encargará, a corto plazo, de establecer el futuro de la modificación de la Constitución, cuya movida corresponde ahora a la oposición liderada por el PRM y Luis Abinader.