Son amplias las posibilidades de que el presidente Danilo Medina someta en el transcurso de esta semana el prometido proyecto de Ley de Naturalización, uno de los elementos importantes en la búsqueda de la consolidación de la frontera jurídica de República Dominicana.

La controversial sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, que esclarece los parámetros para conceder la nacionalidad dominicana, ha creado las condiciones para que finalmente se enfrente el desorden migratorio que durante decenas de años ha imperado en el país.

Más aún, de existir la voluntad y el coraje, pudiéramos estar frente al punto de inflexión para encaminar soluciones consistentes y duraderas al problema de las migraciones ilegales, fenómeno que tanto daño ha hecho al país y del que solo se benefician los inescrupulosos.

En más de una oportunidad el presidente Medina ha reiterado que las situaciones creadas por la sentencia serán abordadas dentro del marco de respeto a nuestra Constitución, las leyes nacionales, la soberanía, respeto a los derechos humanos y al Derecho internacional. No puede ser de otra manera.

Luego de una semana de consultas, al parecer el Mandatario ha logrado una especie de consenso en torno a un proyecto de ley que sería remitido al Congreso Nacional en esta semana.

Reiteramos que no hay ninguna razón real, a no ser la de los egos, que impida que se busque una atención humanitaria a los afectados por esta sentencia respetando nuestro ordenamiento jurídico y nuestro derecho soberano de determinar cuáles requisitos se requieren para ser dominicano y establecer la política migratoria que le convenga a la nación.