Es muy cierto que el aumento de la deuda dominicana es preocupante. También que los déficit de presupuesto son malos para cualquier gobierno.

Y además es verdad que el presidente Medina ha sido muy suertudo colocando bonos para financiar proyectos oficiales, pues el mercado internacional muestra gran confianza en nuestro país.

Pero resulta un tanto exagerado argüir que la República Dominicana está en condiciones similares a Puerto Rico o Venezuela, cuyas economías están desmadradas por malas políticas fiscales y peores gestiones gubernamentales.

Mientras la deuda boricua sobrepasa el valor de su Producto Interno Bruto, la dominicana apenas llega al 37 % del PIB.

Mientras en Venezuela hay una crisis sin precedentes, escaseces y fuga de capitales y de personas, aquí crece la economía, siguen llegando inversiones y turistas, tenemos las finanzas públicas en relativo orden.

Es irritante que sean dominicanos incapaces de organizar una efectiva y necesario oposición política quienes usen periódicos foráneos para desacreditar la economía y el gobierno dominicanos. Los votantes y dolientes están en Santo Domingo, ¡no en Miami!