Al comentar ayer con alegorías zoológicas cómo cierto periodismo de índole jocosa o liviana, canallescamente ejercido, puede causar a su autor igual daño que si se tomara un veneno esperando que muera aquel a quien odia, atribuí por un “lapsus” un verso de René del Risco a su primo Yaqui.
¡Qué tropezón! Advertí el gazapo y avisé al periódico pero quizás no hubo oportunidad de corregirlo.
Es útil meter la pata, siempre que no dañe a nadie, pues permite hacer enmiendas y ejercitar una escasa virtud: la humildad.
Benjamín Franklin decía que a él ser humilde le resultaba tan difícil que debía fingirlo para cosechar sus convenientes frutos…
Volviendo a la rabiosa rata resbalosa caída que recayó, como perro huevero de hocico quemado, que fue lo que trajo a colación lo de hombres “hociqueros” cuya invocación causa un viento frío, ¿por qué será que se molesta tanto con asuntos que ni le van ni le vienen?