China organiza el domingo una cumbre sobre las Nuevas Rutas de la Seda, un proyecto con el que el presidente Xi Jinping busca consolidar las relaciones comerciales y políticas de Pekín, pero que parece disgustar a los dirigentes occidentales.
El presidente de la segunda economía mundial se aferrará a esta ocasión para aparecer de nuevo como el gran defensor del libre comercio y de la globalización.
Dirigentes de 28 países han previsto acudir a Pekín para este encuentro, incluidos el presidente ruso Vladimir Putin y turco Recep Tayyip Erdogan.
Entre los líderes de los siete países más ricos (G7), solo estará presente el jefe del gobierno italiano Paolo Gentiloni, en esta reunión.