Es increíble la forma como llega cualquier forastero y nos toma el pelo de una manera descarada, como si estuviésemos en los tiempos de la colonización.

Aprovechando el deseo de República Dominicana por buscar una sede de una ronda del Clásico Mundial, como por arte de magia, surgió una figura de nombre Roberto Weill, de origen cubano, quien anunció un proyecto para ese propósito y con el supuesto apoyo del Central Romana, que la semana pasada lo desmintió.

Weill llegó muy lejos al vender la idea de que busca la sede del Clásico sin ni siquiera haber hablado con los ejecutivos del Central Romana Corporation, que son los dueños del estadio Francisco Micheli, donde plantea una remodelación para colocarle más asientos. Supuestamente va a entregar su propuesta hoy o mañana.

Este mismo Weill fue quien en 2013 dijo que los Yanquis de Nueva York iban a invertir dinero en un proyecto llamado Latin Baseball Town, del cual jamás se ha vuelto hablar.

Esa vez llegó hasta la Presidencia de la República, y se reunió con el presidente Danilo Medina para anunciar que los Yanquis invertirían US$120 millones en un estadio con nivel de Grandes Ligas y una serie de proyectos turísticos y deportivos en Higüey.

Posteriormente, Alice McGuillion, vicepresidenta de relaciones públicas de Rubenstein, la empresa que maneja los negocios de los Yanquis, dijo que ese equipo no tendría ningún rol o responsabilidad en ese proyecto.
Lo peor de todo es que Weill consigue aquí quien le dé cabida para anunciar sus proyectos imaginarios.