Surprise, Arizona.-En un rincón del camerino de los Reales de Kansas City está Ervin Santana, sentado, solo, absorto.
En procura de estar concentrado en su trabajo, en su misión, en su objetivo; en ser ese lanzador que en cinco de sus ocho temporadas en Grandes Ligas ha obtenido diez o más victorias; en ser ese pitcher que ayude a los Reales a competir en la difícil División Central de la Liga Americana. En ser ese abridor que no fue en 2012.
Santana llegó a los Reales en un cambio desde los Angelinos de Los Ángeles, y aún trata de ajustarse a un nuevo ambiente en Kansas City.
Evitar jonrones
En su carrera, Santana se ha caracterizado por ser un lanzador al que le conectan muchos elevados y, por ende, muchos cuadrangulares.
Pero en 2012 la cantidad de jonrones que aceptó (39) pasó sus topes y lo ubicó como el pitcher al que más vuelacercas le dispararon, lo que, sin duda, influyó en sus registros (récord de 9-13, con 5.16 de efectividad), los peores desde 2007 (7-14 y 5.76).
Ese es un aspecto del que él está consciente debe mejorar, ya que mientras más induzca elevados más propenso a los cuadrangulares y al fracaso es.
Mi objetivo este año es, primeramente, mantenerme saludable y después ajustar mi localización, en mantener la bola bajita, porque eso de la localización influyó en los jonrones que me dieron el año pasado, porque a veces tenía a un bateador en dos strikes y entonces se me quedaba la bola alta y por eso me daban el palo, explicó Santana, a quien en la pretemporada ya le han ligado dos vuelacercas, en cuatro aperturas.
Nuevo enfoque
La adaptación que el dominicano está llevando en los Reales, más allá de pasar por el ambiente del equipo y de congeniar con sus compañeros, tiene que ver con entenderse y crear una rutina de trabajo, con la cual se sienta cómodo, con quien será su catcher, el venezolano Salvador Pérez.