La madrugada de este domingo 29 de noviembre, diez exfuncionarios, incluidos dos hermanos del expresidente Danilo Medina, recibieron una visita sorpresa de parte del Ministerio Público y un discreto contingente policial que los condujo esposados hasta la cárcel del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva.

La acción fue bautizada como “Operación antipulpo”, aunque en verdad uno no se imagina cómo se le ponen las esposas a un pulpo. Sería una especie de “octuesposas”. En verdad no me lo imagino, habría que preguntarle a Bob Esponja.

Se trata de la primera acción concreta del Ministerio Público contra exfuncionarios presuntamente implicados en hechos de corrupción de la gestión encabezada por Danilo Medina.

Entre los apresados –hasta ahora- figura Alexis Medina Sánchez, hermano del expresidente y suplidor del Estado, quien según las malas lenguas tenía tantos amarres dentro del gobierno de su hermano, que los mismos peledeístas empezaron a llamarle por lo bajo “El pulpo”.

Así que en su honor se puso el nombre a la operación. También, fue detenida su hermana Magaly Medina Sánchez, exvicepresidenta del Fondo Patrimonial de las Empresas Reformadas (Fonper).

Es la primera vez en la historia dominicana que dos hermanos de un expresidente son llevados presos por presunta corrupción.

Los demás detenidos son Freddy Hidalgo, exministro de Salud Pública; Francisco Pagán, exdirector de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado; Julián Esteban Suriel, Juan Carmona Santana, Domingo Santiago Muñoz y Fernando Rosa, exdirector del Fonper.

No me alegro del mal ajeno, excepto cuando se trata de individuos que le hacen daño a la sociedad, gente que roba al Estado recursos que luego hacen falta para ofrecer a los ciudadanos servicios de calidad. Ya ahí la cosa es personal.

No sabemos si todos los investigados son culpables o no, eso lo determinará un tribunal. Lo que sí sabemos es que este primer paso ha sido bien recibido por una sociedad sedienta de Justicia, que salió a marchar contra la corrupción y por el fin de la impunidad.

Y, hay que admitirlo, esto solo ha sido posible porque en lugar de un títere, al frente de la Procuraduría ahora hay una mujer con suficiente valentía y capacidad para instrumentar expedientes bien sustentados que permitan encausar, juzgar y condenar a los responsables de hacer fortuna a expensa del Estado.

Vale destacar que junto a la magistrada Miriam Germán hay gente confiable como Wilson Camacho, director de la Pepca, y Yenny Berenice Reynoso.

Ahora, lo más importante sería que en caso de que se demuestre la culpabilidad de los imputados se les obligue a que devuelvan los bienes robados. Eso es lo justo.