Santo Domingo.-En una manzana de la discordia se han convertido los módulos que empezó a colocar el Cabildo en la Ciudad Sanitaria Luis Eduardo Aybar (Morgan), donde buhoneros se quejan de ser excluidos del proyecto y otros de que hubo preferencias en la ubicación de muchos beneficiarios.
La idea del Ayuntamiento del Distrito Nacional de reorganizar a los vendedores informales para desarrabalizar la zona y contrarrestar el hacinamiento en que son comercializadas ropas, frituras y misceláneas, es rechazada además por la Fundación Activo 20-30, aunque no deja de reconocer que es la solución menos mala, comparada con lo que tenemos.
No deberían restablecerlos ahí, por el contrario, deben reubicarlos lejos, porque en esta zona operan varios centros de salud y debe haber orden y las entradas despejadas, comentó Providencia Fernández de Suberví, directora ejecutiva de la Fundación.
Aunque se ha quejado en ocasiones del ruido que generan esas actividades en el lugar, el director del Instituto Dermatológico Dr. Humberto Bogaert se abstuvo de opinar hasta que converse con los vendedores.
Francisco Carrasco, uno de los buhoneros, que dijo lleva más de diez años allí, se quejó de que la Asociación de Buhoneros de la Ciudad Sanitaria Luis Eduardo Aybar le cobró mil pesos para el carnet, a diferencia del resto de vendedores y no ha sido favorecido con una caseta, la cuales están bajo vigilancia de la Policía Municipal.
Manifestó que allí hay 16 vendedores informales. Miguel Pinales, presidente de la Asociación, negó haber cobrado mil pesos para carnet, reconoció que donde quiera que se reparten bienes siempre hay inconformidad.
En el lugar hay más de 35 dueños de puestos que defienden sus espacios como sí fuese una propiedad adquirida hace muchos años. Los más viejos entienden que deben recibir los módulos mejor ubicados.
Providencia Fernández de Suberví insistió en que esa es una solución mediática y han sostenido reuniones para buscar una solución. Dijo que antes del plan eran apenas 12 vendedores, pero que estos se multiplicaron tan pronto se habló de entregarles una caseta.