Los derechos no son dádivas

Los derechos no son dádivas

Los derechos no son dádivas

Carlos Salcedo.

Las garantías del Estado moderno hacia los ciudadanos, los derechos fundamentales y los objetivos sociales colectivos son responsabilidades esenciales del gobierno dominicano.

La Constitución de la República en su artículo 8 establece como función esencial del Estado la optimización continua de los derechos y garantías constitucionales, permitiéndoles a las personas desarrollarse libre e igualitariamente en paz.

La teoría abstracta e individualista en la que se fundamenta el capitalismo debe necesariamente estar unida como la hiedra a la actuación efectiva del Estado cuando de relaciones entre particulares se trate.

Lo propio debe hacer en la economía, para garantizar el equilibrio social, desarrollo humano, igualdad de derechos y fortalecimiento de las instituciones democráticas.

Es justificada su intervención en la medida en que genera acciones efectivas para asegurar bienestar social. El nivel de participación del Estado en la sociedad y la economía sigue en discusión. Hay áreas que deben ser fuertemente reguladas, mientras que otras no tanto.

Son propias del capitalismo las recesiones periódicas y las depresiones. El intento de evitarlas se ha convertido en parte de la función del Estado actual.

La forma en que las diferentes economías a nivel mundial han lidiado con las crisis económicas y sociales ha sido incrementando la cantidad de prestaciones sociales, aumentando el tamaño del Estado de bienestar y fortaleciendo el aparato productivo nacional.

Durante la crisis de 1929 en Estados Unidos se utilizaron políticas como el “New deal”, creando una oleada de instituciones, procesos y leyes destinadas a participar de todas las relaciones importantes de la vida económica y social (productos de primera necesidad, sector financiero, industrial, servicios públicos, salud, educación, etc.).

Muy similares han sido las medidas adoptadas en otros países y la mayoría de economías emergentes. Aunque en sentido estricto no seamos una economía emergente, nos podemos inscribir entre ellas en cuanto a las señales que ha venido dando en nuestro país el crecimiento económico sostenido durante varias décadas.

Ha sido un largo camino de luchas sociales. Los derechos de los que hoy podemos disfrutar todos no son favores sino ganancias de una sociedad que sigue solicitando un país más justo, equitativo, transparente y desarrollado, que es su derecho y no el producto de una dádiva, un privilegio o una excepción.



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