SAN PETESBURGO, Rusia .-Mientras que el presidente Barack Obama y su homólogo francés Francois Hollande mantienen su argumento sobre la necesidad de un ataque militar a Siria, Rusia y China se oponen al operativo y advierten sobre los riesgos y la Unión Europea muestra escepticismo, al cierre de la cumbre económica del Grupo de los 20.

Al concluir la cumbre económica de dos días del G20, Obama dijo a los periodistas que él y otros líderes habían «expuesto todos sus puntos de vista sobre el asunto» y que existía una creciente admisión de que «el mundo no puede quedarse de brazos cruzados ante esto».

«Resulta claro que hay muchos países que concuerdan con nosotros en que las normas internacionales deben cumplirse», destacó Obama.

Sin embargo, al exponer su resistencia contra un ataque militar a cualquier instalación que tenga armas químicas en Siria, las autoridades de Rusia indicaron que ese objetivo liberaría sustancias tóxicas y daría acceso a combatientes o terroristas acceso a las armas químicas.

China se mantenía invariable en su negativa, la Unión Europea expresaba escepticismo de una acción militar pudiese ser efectiva, e incluso el papa Francisco emitió una opinión al instar a los líderes mundiales reunidos a que abandonen lo que calificó de «misión inútil».

Sin embargo, Obama seguía resuelto. Obama y Hollande, el aliado más fuerte de Estados Unidos sobre Siria y abierto defensor de una intervención militar, se reunieron en un aparte de la cumbre y abordaron la manera de atraer mayor respaldo a la acción.

Obama dijo el viernes sentirse alentado por las conversaciones con líderes extranjeros sobre cómo responder al ataque con armas químicas de Siria contra la población civil a fin de presentar el caso ante el pueblo estadounidense en un discurso el martes por la noche.

Indicó que varias naciones emitirán declaraciones con sus propias posiciones, pero no dijo si alguien específicamente se había unido a Francia en respaldo de su medida para ataques militares de Estados Unidos.

Agregó que los líderes mantenían una posición unánime sobre la opinión de que Siria usó armas química y que las normas internacionales contra ese uso deben ser mantenidas. Obama dijo que la división surge sobre la manera de proceder a través de Naciones Unidas.

El mandatario estadounidense también sostuvo una reunión inesperada con su homólogo ruso Vladimir Putin, el principal opositor a la acción militar de Washington.

Putin, un acérrimo aliado del presidente sirio Bashar Assad, dijo que la conversación con Obama se centró en Siria durante los 20 o 30 minutos y que aunque discreparon la reunión fue «substancial y constructiva».

La reunión tuvo lugar el viernes mientras Obama buscaba un respaldo internacional para una acción militar. Pero tres días después de que salió de Washington, se desconoce si la coalición mundial que el presidente deseaba formar esté a punto de convertirse en una realidad.