SANTO DOMINGO.-A través de la música, la Fundación Fiesta Clásica no solo toca los sentimientos más nobles de niños y adolescentes, sino que les agrega en su tiempo de ocio la enseñanza de distintas disciplinas instrumentales, lo que le da otro sentido y valor a su vida.

Stacy Álvarez, estudiante de quinto curso, es un ejemplo de esa transformación, porque con diez años de edad y uno que ingresó a la academia ya sabe tocar violín.

“Desde los tres años ese era mi sueño, y es hoy mi refugio cuando me pongo triste, como el día en que mi papa se fue a Canadá. Aquí también encuentro muchos amiguitos”, dijo la niña que forma parte de los 215 infantes y adolescentes que reciben clases en la Fundación Fiesta Clásica.

Labor social

Esta academia, que opera en la calle Arzobispo Nouel, en la Zona Colonial, realiza una importante labor social, con la idea de promover el arte y la cultura.

La misma nació vía un convenio con el Sistema de la Escuela Juvenil de Venezuela, y según Eduardo Abiharb, director musical, su principal objetivo es lograr mejores ciudadanos y crear grandes maestros que se interesen por dominar instrumentos sinfónicos.

Disciplina

Para José Andrés Briseño, director del sistema escolar de Fiesta Clásica, que involucra al coro infantil y juvenil con 45 voces adolescentes, entre 8 y 12 años, lo más importante es que esa dinámica agrega valor a los participantes.

“Dentro de esos elementos están la disciplina, autocontrol, seguir instrucciones, ser metodológico en procesos que les sirven para aplicar en actividades de su vida, que les ayudan a crecer en este arte, igual saben que hay que tener constancia y aprender a trabajar en equipo”, comentó Briceño.

Ese testimonio fue avalado por Émely Mundy, una joven de 16 años quien dijo llegó allí el año pasado siendo una ignorante de ese mundo, y ya aprendió música y a leer partituras.

“Estoy en tercero del bachillerato en Nuestra Señora de la Paz y vine por influencia de una amiga y me encanté con el piano, aunque espero ser jueza”, dijo.
La joven es líder en sus clases, ayudando en el coro infantil, y eso la hace sentir importante.

La Academia cuenta con la asesoría de la maestra soprano Kasuko Taki, enviada por dos años por la Agencia Internacional de Japón, quien trabaja con los jóvenes en la técnica de dirección, y calificó de muy talentosos a los jóvenes, ya que les ve mucho futuro, afirma que quiere dejarles sus experiencias y hacerles sus aportes basados en los avance de su país. Japón.

Modalidad

La entidad acoge a niños de escasos recursos, a quienes facilitan uniformes e instrumentos en calidad de préstamo con una contribución de RD$300 al mes. Reciben clases de lunes a viernes de 2:00 de la tarde a 7: 00 de la noche.

Bajo la filosofía o lema “Tocar, cantar y luchar”, los alumnos pasan por un proceso educativo desde un kinder musical, práctica coral, hasta formarse en todos los instrumentos clásicos, violín, viola, chelo, flauta, contrabajo, clarinete, saxo, percusión, y otros.

Acción benéfica

—Apoyo
Dominique Mey, vicepresidente de la la academia, anunció el segundo concierto de promoción de la entidad: “Una noche benéfica para recaudar fondos”.