El rollo de la cámara

El rollo de la cámara

El rollo de la cámara

German Marte

¿A quién beneficia el crimen?

Esta es la primera pregunta que se hace hasta el más lego de los investigadores cuando inicia las pesquisas para dar con los responsables de un hecho.

Y esto, precisamente, es lo que deberíamos preguntarnos los dominicanos a propósito de lo que acontece en el órgano que por mandato constitucional está llamado a fiscalizar a los poderes del Estado.

Según el artículo 248 de la Constitución, “la Cámara de Cuentas es el órgano superior externo de control fiscal de los recursos públicos, de los procesos administrativos y del patrimonio del Estado…”, es decir, se trata de un instrumento fundamental para fiscalizar el accionar de quienes dirigen instituciones públicas.

Muchos se quedan en la superficie, lo ven como un chisme de patio, un falo insumiso, un lío de faldas, algo muy personal, una contradicción entre hombres y mujeres jugando 3 y 2 en Cámara lenta. En fin, dicen, la cámara esta fea para la foto. Es inocultable, la cámara está rota en dos.

Pero debemos preguntarnos, ¿quién dañó la Cámara? ¿A quién o a quienes les conviene mantener ese órgano vital en perpetua agonía?
La cámara ha sido virtualmente secuestrada por sectores tan poderosos como podridos. Y nuevamente vale preguntarse: ¿A quién beneficia que la Cámara esté rota, infuncional? ¿Quién dañó la cámara?

En un arrebato de sinceridad, y se quiere en un gesto de desesperación, el aún presidente de la Cámara de Cuentas, Janel Ramírez, dijo al programa El Día que se sentía como un “preso de confianza” y que ese órgano estaba paralizado debido a las trabas impuestas por tres de cinco miembros que –según lo que dijo- responden a sectores que o bien no quieren que se hagan auditorías conforme al rigor con que deben hacerse o bien pretenden que sean evacuadas otras previamente maquilladas.

Tres aldabas con dueño sirven para trancar la Cámara, con la única misión de impedir que se revele el rollo que hay allí dentro.

De que los miembros de la CC, empezando por su presidente, tienen capacidad técnica para hacer su trabajo, creo que pocos lo dudan. Sin embargo, aquí no se trata de eso. Es más.

No me consta, pero sospecho, que como dice el periodista Domingo Páez, el trío de féminas ha sido coptado por un sector político, al menos coincide con ellos en cuanto al objetivo de dinamitar la gestión de la que forman parte, en una especie de harakiri colectivo.

Esto me recuerda aquel loco que usó una cuchara con la cual se sacó los dos ojos con tal de que su contrario quedara tuerto. Tamaña paradoja, tratándose de gente que ha sido designada para estar con los ojos bien abiertos. Pero así son los humanos, más absurdos que un tutumpote jugando dominó en un colmado de Gualey.

No sé si la Cámara de Diputados hará el sometimiento, como le corresponde y como espera una parte de la sociedad, pero si lo hace el Senado tendría que realizar un juicio político, relevarlos a todos y escoger a nuevos miembros que sepan anteponer los intereses del país por encima de mezquindades y, sobre todo, no obedecer a políticos que quieren que siga la fiesta de la corrupción y la impunidad. Cambiemos la cámara, pero esta vez sin rollo ni agendas ocultos.

Ojalá esta vez no se pretenda complacer a mansos y cimarrones. Sería más de lo mismo.



German Marte

Editor www.eldia.com.do

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